Dicen que hay que tener a tus amigos cerca… y a tus enemigos más cerca aún. Y aunque no llegaban a ser némesis uno del otro, los pintores Edgar Degas y Édouard Manet tenían, uno en el otro, ambas cualidades en una sola persona: eran tan amigos como rivales. Por ello, el Museo d’Orsey, en París, preparó una nueva exhibición (que se inaugura la próxima semana) que muestra ese perfil de esos dos grandes artistas.
Édouard Manet (1832-1883) y Edgar Degas (1834-1917) jugaron un papel fundamental en la nueva pintura de la segunda mitad del siglo XIX, en las décadas de 1860 y 1880. Esta exposición, que reúne a los dos pintores a la luz de sus contrastes, nos obliga a mirar de nuevo su vínculo real. Muestra el carácter heterogéneo y conflictivo de la modernidad pictórica y revela el valor de la colección de Degas, en la que Manet ocupa un lugar más importante tras la muerte de este último.
Una comparación de artistas tan cruciales no debe limitarse a identificar las similitudes en sus respectivos cuerpos de trabajo. Es cierto que no faltan analogías entre estos protagonistas de la nueva pintura en cuanto a los temas que imponen (de las carreras de caballos a las escenas de café, de la prostitución a la bañera), los géneros que reinventan, las el realismo abrieron a otras potencialidades formales y narrativas, el mercado y los coleccionistas que lograron domesticar, y los lugares (cafeterías, teatros) y círculos, ya fueran familiares (Berthe Morisot) o amigos, donde se cruzaron.
Pero ambas biografías pueden definirse también por sus rivalidades tan profundas. Para ejemplo, un botón. O mejor dicho, dos cuadros.
Édouard Manet et sa femme. Edgar Degas. Foto: The Art Newspaper
Una de las pinturas más curiosas de Edgar Degas representa a su amigo y compañero artista francés Édouard Manet, sentado de forma descompuesta en un sofá: Édouard Manet et sa femme (pintado en 1868-69) en la que Degas muestra a un Manet apoya do en el respaldo del sofá, la mano izquierda en el bolsillo, la derecha contra su cara. Mira más allá de nosotros. Escucha a su mujer, Suzanne, que toca el piano cerca de él. Pero no sabemos si la representación de Degas de Madame Manet fue igualmente perspicaz, porque el lienzo se recorta toscamente antes de que aparezca su perfil.
Fue el propio Manet quien empuñó la navaja y cortó el lienzo, en desacuerdo con la deformación de los rasgos de su mujer, que había hecho Degas.
Degas le regaló dado el doble retrato a la pareja, pero Manet no pudo soportar lo que llamó “una deformación” de los rasgos de Suzanne, y llevó el cuchillo al lienzo. Cuando Degas, una figura famosamente rebelde, descubrió la mutilación, recuperó el cuadro y le devolvió a Manet una naturaleza muerta que éste le había regalado.
Degas, para restaurar el cuadro, adjuntó una tira de lienzo en blanco donde estaba la imagen de Suzanne, con la esperanza de devolverla completamente a la pintura, pero solo bloqueó levemente la composición.
Manet, mientras tanto, hizo su propio retrato de Suzanne al piano, quizás como respuesta. Es una imagen de enorme significado: ella había sido su profesora de piano antes de casarse. Al cuadro lo tituló simplemente Madame Manet au piano.
Madame Manet au piano, 1868. Foto: The Art Newspaper
Las dos pinturas se unirán en Manet/Degas, que se inaugura en el Museo d’Orsay el próximo 28 de marzo, antes de viajar al MoMa de Nueva York, en septiembre.
Antes y después del nacimiento del impresionismo (cuya idea de fondo no compartían), la causa que los diferenció es aún más sorprendente.
De orígenes disímiles y con temperamentos diferentes, no compartían los mismos gustos en literatura y música. Sus opciones divergentes en términos de exposiciones y carrera enfriaron la incipiente amistad que los unió desde 1873-1874, fortalecida por su experiencia compartida de la guerra franco-prusiana de 1870 y las secuelas de la Comuna.
Una vez pasados los años de juventud, todo los dividía. La sociabilidad de Manet, que fue muy abierta y pronto bastante brillante, y sus opciones domésticas fueron igualadas por la existencia secreta de Degas y su entorno restringido. Como escribió Moore, su relación “fue sacudida por una rivalidad inevitable”.
Los momentos clave incluyen autorretratos de la pareja que abrirán la muestra, pinturas que reflejan el compromiso de ambos artistas con el círculo que rodeaba a la impresionista francesa Berthe Morisot, la respuesta distintiva de ambos artistas a las carreras de caballos y, por supuesto, las obras que realizaron.
Manet/Degas estará abierta en el Musée d'Orsay, en París, del 28 de marzo al 23 de julio, y en el Museo Metropolitano de Arte, en Nueva York, del 24 de septiembre al 7 de enero de 2024.