Andy Warhol y Roy Lichtenstein son dos de los más grandes representantes del arte pop que, a lo largo de los años, mantuvieron una muy competitiva amistad.
Resulta que en 1961, Warhol conoció el trabajo de Lichtenstein en una exhibición que llevó a cabo con la Galería Leo Castelli de Nueva York, donde Lichtenstein también estaba exhibiendo su ahora tan icónica imagen de Mickey Mouse.
Lo anterior, desde la perspectiva de Andy Warhol, marcó una fuerte intrusión en lo que este consideraba su territorio visual. Aunque no pasó a mayores, esto provocó que entre ambos artistas se creara una especie de barrera invisible.
Aunque ambos artistas impulsaron como nadie más el arte pop, en sus obras existen importantes diferencias tanto en su estética, procesos y temas, aunque mantuvieron una pátina común de producción comercial.
Lichtenstein se centró en las imágenes cotidianas, mientras que Warhol siempre estuvo más interesado en explorar temas clásicos e incorporar elementos del cubismo, el expresionismo y el futurismo en sus obras.
Ambos artistas emplearon un método muy refinado de combinar colores, formas y diseños para crear sus icónicas piezas. Sus paletas de colores fueron muy, pero muy respetadas por los dos.
Mientras el trabajo de Lichtenstein siempre fue muy colorido, las obras de Warhol a menudo presentaban singulares obras de arte históricas. A menudo este último recreaba pinturas renacentistas para crear sus tan famosos íconos warholianos.
$ (Quadrant), 1982. Andy Warhol. Fuente: Christie's
Tanto Roy Lichtenstein como Andy Warhol fueron influenciados por el trabajo de los ilustradores de cómics, así que esto ambos lo usaron en sus creaciones.
Cabe señalar (y subrayar) que ambos admiraban el trabajo del otro. Tanto que incluso Warhol decidió tomar fotos instantáneas de Roy Lichtenstein para luego plasmarlo en una de sus ya icónicas imágenes.
Ambos artistas recopilaron el trabajo del otro a lo largo de sus carreras, creando así colecciones sustanciales del que consideraban su rival y amigo.