Gracias a los grandes avances en inteligencia artificial hoy sabemos que una obra que había permanecido como anónima, titulada La francesa Laura, la cual se encuentra en el fondo de manuscritos de la Biblioteca Nacional de España (BNE), es de Lope de Vega.
La aplicación de las IA para la investigación histórico-filológica con la orientación de investigadores de las universidades de Valladolid y Viena han descubierto que dicha obra fue escrita cinco o seis años antes de la muerte del llamado Fénix de los Ingenios.
El primer paso para llegar a esta conclusión fue transcribir la obra. El manuscrito anónimo de finales del siglo XVII, que estaba digitalizado previamente, fue analizado por la herramienta Transkribus, para poder transcribirla y pasarla a texto digital. Esta herramienta permite transcribir de manera precisa cualquier tipo de manuscritos, aunque han hecho falta más de 3 millones de palabras correctamente identificadas para entrenar al motor inteligente.
Por lo tanto, para poder determinar la autoría de la obra, se necesitó entrenar a la IA con cientos de obras teatrales del Siglo de Oro, unas 1.300 obras, y millones de palabras. Lo mejor de todo es que este proceso solo llevó unas cuantas horas, a diferencia de los años que hubieran necesitado los investigadores para llegar al mismo nivel de precisión.
En la Biblioteca Nacional de España puede apreciarse este grabado de Lope de Vega. Foto: El País
Como indican desde la BNE, “el resultado de estas transcripciones no es perfecto, pero sirve para el siguiente paso en el que la IA se vuelca en la atribución autorial de este texto a su legítimo autor”.
Concretamente, esta investigación se ha realizado bajo el marco del proyecto ETSO: Estilometría aplicada al Teatro del Siglo de Oro. Además, los resultados obtenidos se respaldan por análisis fisiológicos realizados por el grupo PROLOPE, de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), que llevan a sus espaldas una importante labor de edición y estudio de la obra de Lope de Vega.
En estas pruebas manuales de confirmación se tuvieron en cuenta el uso de la métrica de Lope de Vega en sus obras, la ortología y, por supuesto, los ecos “lopescos”.
Páginas finales del manuscrito La francesa Laura, de Lope de Vega. Foto: El País
Recordemos que la IA estudia miles de obras y, posteriormente, para realizar la identificación de la autoría del manuscrito, compara el uso de las palabras. Cada uno de nosotros emplea ciertas palabras en proporciones concretas, y es aquí donde la IA es más efectiva que un humano o, cuanto menos, más rápida. A esto se le conoce como machine learning y la IA estaba capacitada para identificar cualquier obra de Lope de Vega con un 99 % de precisión.
Se observó que La francesa Laura contaba con usos léxicos idénticos a los que usaba Lope de Vega, y no coincidían con los otros 350 dramaturgos de la época.
Aún quedan muchos otros manuscritos teatrales en el fondo de la BNE cuya autoría se desconoce, por lo que la tecnología jugará un papel crucial para descubrir quiénes son los autores de los mismos.