Francisco de Zurbarán (1598-1664) fue un pintor del Siglo de Oro español.
Contemporáneo y amigo de Diego Velázquez, Zurbarán destacó en la pintura religiosa, en la que su arte revela una gran fuerza visual y un profundo misticismo.
Fue un artista representativo de la Contrarreforma. Influido en sus inicios por Caravaggio, su estilo fue evolucionando para aproximarse a los maestros manieristas italianos.
Sus representaciones se alejan del realismo de Velázquez y sus composiciones se caracterizan por un modelado claroscuro con tonos más ácidos.
Zurbarán también se reveló como un gran pintor animalista.
Su cuadro Agnus Dei en el que representa a un corredor con las patas atadas, el artista español logra plasmar detalles muy realistas de aspectos como la textura de la lana del animal, a los que agregó un toque de misticismo que culminaron en una obra que trascendería por su religiosidad y la concepción de humildad.
Francisco de Zurbarán conoció la fama antes de los 30 años, sobre todo después de pintar su ciclo de la Merced Calzada, encargo que Alonso Cano, maestro pintor desde 1626, había rechazado.
Zurbarán quiso representar el horror sin la necesidad de mostrar sangre en sus composiciones.
Se nominó a sí mismo como “maestro pintor de la ciudad de Sevilla”, despertando los celos de algunos pintores de la época a quienes había desdeñado.
Se negó a pasar los exámenes que le darían el derecho a utilizar ese título, ya que consideraba que su obra y el reconocimiento de los grandes tenían más valor que el de algunos miembros de la corporación de pintores.
Durante su carrera, tuvo muchos encargos de las familias nobles y de los grandes conventos de la época.
La pintura de este artista español tiene una actualidad destacable que lo colocó como uno de los hombres ilustres del Siglo de Oro español.