Diego Velázquez (1599-1660) fue un pintor barroco español considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española y maestro de la pintura universal.
Sus primeros años de aprendizaje los pasó en Sevilla, su ciudad natal, en donde desarrolló un estilo naturalista con iluminación tenebrista por influencia de Caravaggio.
A los 24 años se trasladó a Madrid y fue nombrado pintor del rey Felipe IV y cuatro años más tarde ascendió a pintor de cámara, cargo más importante que daban a los pintores de corte, labor a la que se dedicó toda su vida.
Velázquez pintó retratos del rey y su familia, así como cuadros destinados a decorar las mansiones reales.
El estilo de Diego Velázquez evolucionó hacia una pintura de gran luminosidad con pinceladas rápidas y sueltas.
Sus viajes a Italia y el estudio minucioso que hizo de los pintores reales lo llevaron a perfeccionar su estilo y a tener un dominio perfecto de la luz.
En su última década, su estilo se hizo más esquemático y abocetado, alcanzando un dominio extraordinario de la luz.
Creó alrededor de 120 0 130 obras a lo largo de su vida, el reconocimiento universal le llegó hacia 1850.
Alcanzó su máxima fama entre 1880 y 1920, convirtiéndose en un referente para los pintores impresionistas de ese momento.
La parte fundamental de sus cuadros que integraban la colección real se conserva en el Museo Del Prado en Madrid.