Cuno Amiet es un pintor suizo que permanece prácticamente desconocido para el público en general, lo que es una pena debido a que su obra es extraordinaria y su contribución al mundo del arte enorme.
Considerado como uno de los artistas suizos más importantes de los siglos XIX y XX, éste dio prioridad al color en las decenas de obras que llevó a cabo a lo largo de una carrera de 75 años.
Amiet nació en Solothurn, Suiza, el 28 de marzo de 1868. Comenzó a pintar a una edad temprana y, después de estudiar con el pintor suizo Frank Buchser, se matriculó en la Academia de Bellas Artes de Munich.
Fue allí donde conoció a su amigo de toda la vida, el también pintor Giovanni Giacometti. En 1888-1892, ambos artistas se mudaron a París para estudiar en la Académie Julian, donde trabajaron con los artistas franceses Adolphe-William Bouguereau, Tony Robert-Fleury y Gabriel Ferrier.
Descontento con el programa de la institución antes mencionada, Amiet decidió irse en 1892 para unirse a la Escuela Pont-Aven, donde conoció el trabajo de Gauguin y Van Gogh, entre otros.
Dicha experiencia tendría un profundo impacto en su pintura, especialmente en su uso del color, lo que más adelante se convertiría en su mayor contribución.
Para Cuno Amiet, el color lo significaba todo. Hasta cierto punto, era incluso más importante que la forma.
Este pintor amaba la vida y la belleza de las personas, la naturaleza y los objetos; fue en el color que encontró el medio para poder expresar todos esos sentimientos.
Resulta que en 1893, Amiet regresó a Suiza, donde su nuevo estilo colorido no fue bien recibido pero eso, con el paso del tiempo, cambió.
Antes del cambio de siglo, aumentó el interés en su trabajo, así que gran parte de su vida pudo experimentar el éxito comercial.
Lo que resulta curioso es que, aunque Cuno Amiet gozó de gran popularidad en su país y en recintos internacionales, este sigue siento un artista desconocido para la población en general.
A Amiet a menudo se le describe como postimpresionista, pero eso no es del todo correcto debido a que nunca se apegó a un estilo o movimiento artístico pues pintó obras que podrían atribuirse al puntillismo y simbolismo, por mencionar algunas.
Tal vez su constante búsqueda por experimentar hizo que Cuno Amiet jamás pudiera ser clasificado y por eso ha pasado totalmente desapercibido por tantos años, aunque su eterna exploración de los colores es sencillamente genial.