La nueva sede de Crash Baggage en Venecia, construida por la firma Alberto Caiola Studio en una villa del siglo XVIII, combina a la perfección el estilo minimalista con una arquitectura clásica.
El reto que Alberto Caiola Studio enfrentó fue el de reflejar en el inmueble el espíritu de la empresa que es conocida por crear maletas abolladas para así animar a sus clientes a manipularlas sin cuidado alguno.
Para lograr esto decidieron acentuar y optimizar los techos altos de la villa colocando páneles de vidrio gris arena y el tan característico amarillo de la marca.
Dichos páneles también fueron colocados a lo largo del corredor central del inmueble y dentro de todas las oficinas, lo que resultó en una gran idea pues también sirven como pizarras para tomar notas y dibujar, lo que fomenta la creatividad de los colaboradores que laboran en este lugar.
Para reforzar la identidad de la marca, el característico amarillo de Crash Baggage fue utilizado en todo el imponente recinto.
Lo anterior incluye llamativas persianas y elementos que brindan flexibilidad a la oficina: un sofá modular que se puede reconfigurar de múltiples maneras según los requisitos, escritorios de diferentes alturas para diferentes tareas y sistemas de almacenamiento de acero con ruedas.
Algo súper interesante es que Alberto Caiola Studio dejó vacío el corredor central a propósito para permitir que se desarrollaran muchas actividades en este espacio, incluyendo exposiciones y eventos.
Los páneles de color amarillo brillante ayudan a crear una súper original yuxtaposición de lo clásico y lo contemporáneo, pues las puertas, los marcos de las ventanas y las vigas del techo contrastan con la madera oscura de la villa.
Sin lugar a dudas este lugar emana, de la más perfecta (y estética) forma, la filosofía rebelde de Crash Baggage.