Visionario y fantasioso, maestro y mentor, poeta y novelista, periodista y editor, urbanista y soñador utópico; muchos adjetivos pueden describir la personalidad multifacética del Dr. Atl.
Sin embargo, se mantiene principalmente como uno de los pintores nacionalistas mexicanos más reconocidos internacionalmente.
El artista nacido en Guadalajara manifestó su admiración por la cultura de México al cambiar su nombre, alrededor de 1900, de Gerardo Murillo a la palabra “Atl”, que significa “agua” en el idioma nativo americano náhuatl hablado por los mexicas o aztecas.
Educado en Ciudad de México, Roma y Perú, fundó la revista Action d'art en París en 1913 y la editó durante tres años. Después de dos estancias prolongadas en París y Roma (1896-1903 y 1911-14), regresa a México con un conocimiento de primera mano de las tendencias del arte europeo, como el Neoimpresionismo y el Futurismo, ambas reflejadas en su propia obra.
A lo largo de su carrera, Gerardo Murillo experimentó con diferentes estilos, composiciones (incluso aéreas) y perspectivas curvas.
Produjo obras intensas con una profusión de color única. También probó diversos soportes y mezclas de materiales. Aunque algunos de los resultados fueron a veces adversos, también hubo éxitos. Debido a su experiencia con el pastel y los frescos, se vio obligado a buscar soportes menos limitantes.
Alrededor de 1915, inventó una barra de color que se podía aplicar en frío y que dejaba suficiente tiempo para secarse, lo llamó “Atl Color”, y era una encáustica hecha de cera y pigmento pero también de resinas, lo que ayudó a lograr efectos innovadores.
Dr. Atl también pintó muchos autorretratos y estaba apasionadamente interesado en la escenografía mexicana y en la creación de un estilo artístico de expresión indígena pero moderno.
Su multifacético y controvertido estilo reflejó su profundo amor por el campo mexicano, especialmente sus volcanes. El autodenominado “vulcanólogo” se acercaría tanto a ellos, literal y metafóricamente, que sus obras parecen canalizar su fuerza.
En sus pinturas, los espectadores ven escenas que solo presenciarían estando en medio de lava, nubes, cenizas o nieve. En ellas, Atl aplicó el método plástico impresionista en la tradición iniciada por artistas como Egerton, Landesio, José María Velasco y Luis Coto.
El artista recuerda en su manifiesto: “El paisaje ha necesitado siglos para alcanzar el grado evolutivo de potencia, perfección y fuerza emocional.”
Al rescatar esta categoría, combinada con un enfoque moderno, Atl dotó a su arte de un nuevo significado. de nacionalidad y memoria cultural. Es decir, el Dr. Atl logró retratar a través de su estilo la fortaleza y el carácter del México de las primeras décadas del siglo XX, exaltando el orgullo de la tierra y mostrando la grandeza y la belleza del país.
Sus cualidades cromáticas convirtieron sus paisajes y autorretratos en seres vivos que provocan una reacción sentimental y revelan la naturaleza de las emociones profundas del artista.
El artista falleció el 15 de agosto de 1964, en la Ciudad de México.