En el momento en que nos embarcamos en el viaje de investigar a Pan Yuliang y su legado, uno se encuentra con una vida de valentía y sobrevivencia, además de la imposible la misión que es hablar por la artista.
Pan nació el 14 de junio de 1895 en Yangzhou en la provincia de Jiangsu como Chen Xiuqing, pero fue rebautizada como Zhang Yuliang cuando fue adoptada por su tío tras el fallecimiento prematuro de sus padres.
A pesar de la dureza que ya implicaba vivir sin sus padres, su tutor la vendió a un burdel en la ciudad de Wuhu, en la provincia de Anhui, cuando estaba en su adolescencia. Su complicada aventura fue cortada por un comprensivo funcionario de aduanas de Wuhu, que la sacó del burdel y le apoyó su entrada a la Academia de Arte de Shanghai, donde estudió bajo el audaz liderazgo de su fundador de Liu Haishu, quien acogió a su primer grupo de alumnas, incluida Pan, en 1918 como respuesta a las reformas educativas de Cai Yuanpei, el recién nombrado Ministro de Educación de la República China.
Dadas sus excelentes calificaciones en la academia, Pan se convirtió en la primera mujer artista de China en ganar una beca oficial para estudiar en Francia en 1922, donde estudió en la École des Beaux-Arts de Paris bajo la tutela de los artistas franceses Lucien Simon y Pascal Dagnan-Bouveret. Cuando se graduó en 1925, recibió la prestigiosa Beca de Roma en la Accademia di Belle Arti de Roma.
En 1928, Pan regresó a China para realizar su primera exposición individual en Shanghai como la primera artista occidental femenina del país. Tres años más tarde, Pan decidió aceptar la invitación del artista Xu Beihong para enseñar a tiempo completo en el departamento de arte de la Universidad Nacional Central en Nanking.
Fuente: Liu Haisu Art Museum
Para 1937, la pintora que había sobrevivido a tanto y se había convertido en especialista de esculturas de bronce ya trabajaba en numerosas exposiciones colectivas y exposiciones individuales en Francia, Inglaterra, Bélgica y los Estados Unidos, pero a pesar de los éxitos, la prensa nunca dejó de mencionarla como una prostituta que esquivó su turbulento pasado para llegar a pintar.
Uno no puede dejar de notar que a pesar de la proliferación de estudios sobre Pan Yuliang en las últimas décadas, las narrativas históricas del trabajo y la vida de la artista están marcadas abrumadoramente por los nombres de sus homólogos masculinos, ya que fue la única voz femenina dentro de su círculo, por lo que históricamente se la conoce como una artista notablemente defensiva, aunque eso solo lo pudo comprobar quien vivió y compartió con la mujer más trascendente de la pintura china, junto a Wang Zhenyi, Wu Zetian
En 1977, Pan falleció en París y dejó miles de obras que fueron transportadas al sótano de la Embajada de China en París y fueron almacenadas temporalmente allí hasta que fueron enviadas de regreso a China en 1984.
Yu Feng, una destacada artista que estudió con Pan en la década de 1930, la describió como "una artista altamente innovadora que tiene todas las razones para estar clasificada entre sus homólogos masculinos, incluido Xu Beihong y Liu Haisu".
De acuerdo a su trabajo y al mensaje del arte, la misma Pan Yuiang expresó lo siguiente:
Lo importante en una obra es lo que no dice. Esto no es lo mismo que la notación descuidada 'lo que se niega a decir', aunque eso en sí mismo sería interesante y se podría construir todo un método sobre él, con la tarea de medir los silencios, ya sean reconocidos o no reconocidos. Por eso, lo que la obra no puede decir es importante, porque allí se lleva a cabo la elaboración del enunciado, en una especie de viaje al silencio.