Jesper Knudsen no es un artista street, pero con sus formas y colores, su fascinante propuesta ha sido comparado con los nombres más grandes del arte urbano.
Además de que parecen estar hechas espontáneamente, Knudsen da vuelta a la tela varias veces mientras pintando, creando animales extraños, caras, cuerpos y partes de cuerpos se pintan en colores fuertes en varias capas que cubren a la parte de uno a otro.
En algunas de sus primeras obras, los motivos están acompañados por pequeños textos y palabras.
El medio, desde luego, es óleo o acrílico en tela, pero obras gráficas también han sido parte de su producción artística.
Nacido en Dinamarca en 1964, el artista empezó su práctica pictórica explorando su encanto por lo abstracto y los simbolismos.
Recién graduado de la escuela, comenzó a trazar sus primeras obras que resultaron en un almacén de secretos y misterios envueltos en color y trazos.
Así, desde el año 2000, ha visto su arte alcanzar galerías de renombre que han gozado de ofrecer su pintura a los coleccionistas que han llegado de todo el mundo para gozar este arte escandinavo contemporáneo.
En su mente sigue resonando con las experiencias de la infancia que resultaron ser material para sus artes. Él cree que el arte tiene un papel funcional en la sociedad para corregir vicios, revelar los mensajes en la mente del artista y como un registro del pasado.
Su trabajo, al final, resulta en una composición abstracta imbuida en las teorías reductivas del color de la vanguardia ucraniana que abraza un nuevo realismo de color.
Con ello y con su pasado, que se hace notar fuertemente en su lienzo, crea una representación de atemporalidad, espacio y transición.
Cuando el artista ha sido cuestionado sobre cómo él entiende su arte, describe sus pinturas como un viaje en el mundo onírico de la infancia y los recuerdos.
En los últimos 10 años, diferentes ciudades de Escandinavia han sido anfitriones de algunos de los ahora famosos festivales de arte callejero y graffiti, que exhiben artistas urbanos locales e internacionales.
Consciente de esta expresión que se está dando en su tierra natal, Jesper ha aprovechado el momento para colocar su trabajo en un pedestal grandioso.
Colorido, sensual y sensible, Jesper es uno de los pinceles que mejor representa la corriente escandinava moderna.