Ivan Ivanovich Shishkin es recordado como uno de los más populares pintores de Rusia. Sus pinturas de paisajes boscosos llevaron a sus contemporáneos a llamarlo el "zar de los bosques".
Shishkin nació en 1832 en Yelabuga, Gobernación de Vyatka, (hoy República de Tatarstán) y se graduó en el colegio de Kazan. Shishkin era hijo de un comerciante. Estudió arte con una minuciosidad característica, primero en la Escuela de Pintura, Escultura y Arquitectura de Moscú, de 1852 a 1856, y luego en la Academia de Artes de San Petersburgo, de 1856 a 1860.
En 1860 recibió la Medalla de Oro de la Academia y se le concedió un estipendio para viajar a Munich, Praga y Düsseldorf, Alemania, para agregar brillo final a su educación artística.
Рожь / Rye, 1878. Fuente: Gallería Tretyakov
Fue principalmente la escuela de Düsseldorf la que fomentó su inclinación hacia la reproducción exacta de la naturaleza y la severidad lineal. Sus dibujos a tinta fueron recibidos con gran éxito en Alemania, y mientras estuvo allí, se familiarizó con las técnicas del grabado y la litografía, que en ese momento aún no se habían afianzado en Rusia.
Durante la década de 1860, fue superando gradualmente la fragmentación en su método de pintura, buscando la honestidad absoluta en la representación de la naturaleza. Con el paso de los años, la característica más importante en el arte de Shishkin fue su intento de encarnar la singularidad nacional de la naturaleza rusa.
Cuando fue cuestionado si tenía un lema o una motivación importante, el pintor respondió: "Ser ruso. ¡Larga vida a Rusia!".
Hacia sus años más maduros, sus mejores obras revelan la belleza, esplendor y vastedad de las planicies rusas. El método y elementos que encontró durante este período fueron más tarde completamente desarrollados en la famosa pintura titulada Rye, de 1878, que se convirtió en un símbolo de la naturaleza rusa.
Cuando Shishkin regresó a San Petersburgo, se involucró con el estudio de Ivan Kramskoy y se unió al grupo Peredvizhniki (Los Errantes), donde sus ideas sobre la pintura de paisajes rusa fueron recibidas con entusiasmo. En este tiempo de retorno a su tierra, las pinturas unían la fidelidad a la naturaleza con un estilo épico individual, y conforme avanzaba sus años, Shishkin prefirió pintar bosques de pinos o robles en su estado prístino durante condiciones secas y soleadas.
La representación naturalista de cada brizna de hierba creó paradójicamente una sensación de la majestuosa escala del conjunto, ya que sus cuadros se concibieron como una apoteosis cuantitativa de detalles separados.
El rechazo del artista al estilo plein air, que era más o menos impresionista, se correspondía con su creencia en la constancia de la naturaleza rusa y su imperecedero orden monumental. La ausencia de una perspectiva aireada en sus paisajes (los árboles se hacen más pequeños cuanto más se alejan del espectador, de acuerdo con las reglas de la perspectiva lineal, pero no pierden la definición de sus contornos) también ayudó a crear la imagen de la firmeza épica rusa.
A finales de la década de 1880, Shishkin cayó bajo la influencia de nuevas corrientes artísticas e intentó imbuir su obra de “atmósfera", pero incluso el aire en tales pinturas da una impresión de solidez.
El "retrato" de Shishkin de la naturaleza rusa, expansivo y rico, no sujeto al tiempo ni dependiente de las emociones humanas, se asoció con la firmeza y el poder del carácter nacional ruso y con connotaciones patrióticas de la historia nacional, convirtiéndose, en este sentido, una encarnación del "espíritu ruso".
A pesar de su muerte el 20 de marzo de 1898 en San Petersburgo, Rusia, las pinturas de Shishkin entraron en la vida cotidiana de este país, convirtiéndose en la decoración de los envoltorios de dulces y las ilustraciones de los libros de texto.