Natalia Goncharova no solo logró el éxito en su vida, sino que hoy se une a Georgia O’Keefe, Louise Bourgeois y Jenny Saville como una de las artistas femeninas más cotizadas en las subastas. Al final, la pintora y diseñadora rusa es un excelente ejemplo de una artista de vanguardia que no solo siguió el curso de la historia del arte, sino que lo cambió.
Natalia Sergeevna Goncharova nació el 21 de junio de 1881 como la hija de Sergei Nikolaevich Goncharov y Ekaterina Ilinichna Belyaeva en la ciudad de Negaevo, en Rusia. Su padre era arquitecto y matemático mientras que la familia de su madre tenía estrechos vínculos con el sacerdocio, por lo que su abuelo materno enseñó en la Academia Teológica de Moscú.
Criada y educada principalmente por su madre y su abuela materna durante sus primeros años, en 1892 Natalia se mudó a Moscú con su familia y comenzó su educación formal. Se graduó en el Cuarto Gimnasio para Damas Jóvenes en 1898 y comenzó a asistir al estudio de un escultor local donde conoció el movimiento de artes y oficios ingleses y el art nouveau alemán.
En 1901 se unió a la Facultad de Escultura de la Escuela de Pintura, Escultura y Arquitectura de Moscú, donde conoció por primera vez a Mikhail Fedorovich Larionov, quien se convirtió en su compañero de vida.
Un buen día de 1908, Natalia asistió a la casa de la familia Khludov en Moscú para la exposición de pintura franco-rusa, que influyó profundamente en su preferencia, una que ya estaba encantada con el modernismo europeo. Un año después, Natalia debutaría en el mundo del arte con la obra Potatoes, presentada en la Galería Tretyakov. En 1910, comenzó a incorporar en sus paisajes algunas de las características del lubok ruso, un popular estampado de colores con gráficos simples, así como juguetes infantiles tradicionales.
De esta manera inició una época en la que Goncharova expresaba una identidad particularmente rusa en su pintura, donde la influencia del cubismo era evidente, además de una nueva forma de pintura abstracta llamada rayonismo.
En septiembre de 1913 fue inaugurada la primera exposición individual de Goncharova en Moscú, con casi 800 obras expuestas, demostrado su gran facilidad para crear en un lienzo en blanco.
Tras su gran éxito local, Goncharova y Larionov tomaron un tren de Moscú a París el 29 de abril de 1914, marcando el comienzo de la carrera de Goncharova como diseñadora de vestuario y escenografía, particularmente para los Ballets Rusos de Sergei Diaghilev, además de la primera producción parisina de El gallo de oro (Le Coq d'Or) ese mismo año, sin abandonar su oficio en la pintura.
Durante las décadas de 1920 y 1930, Goncharova continuó pintando, enseñando, ilustrando libros y produciendo diseños para producciones de ballet y teatro. En 1921 contribuyó a la exposición Russian Arts and Crafts en la Whitechapel Gallery de Londres, donde presentó sus diseños para los ballets Russian Fair (Foire Russe).
En las décadas de 1940 y 1950, Goncharova y Larionov vivieron en relativa oscuridad y pobreza, excepto por su inclusión en algunas exposiciones y adquisiciones por parte de un puñado de instituciones importantes, incluida la Tate.
En 1955, Natalia Goncharova y Larionov se casaron, y el Consejo de las Artes de Gran Bretaña organizó una gran retrospectiva de su trabajo en 1961, el mismo año en que Goncharova pintó una serie de imágenes cósmicas en respuesta al lanzamiento del Sputnik, el primer satélite artificial de la Tierra.
Fuente: Concha Mayordomo Artistas
Goncharova murió en París el 17 de octubre de 1962, a los 81 años. Hoy día, su obra forma parte integral de la historia del modernismo internacional, y se pueden encontrar en las colecciones del Guggenheim y el Museo de Arte Moderno de Nueva York, así como en el Centro George Pompidou de París y la Tate Gallery de Londres.