Algunos artistas son sacados de nuestro mundo demasiado pronto, justo cuando estaban siendo reconocidos por su creatividad innovadora. Otros pasan en relativa oscuridad, sin que la gente se dé cuenta de la influencia que tuvieron en las escenas artísticas, tanto grandes como pequeñas, este es el caso de Thelma Johnson Streat.
Streat, nacida en Yakima, Washington el 29 de agosto de 1911 (aunque algunas otras fuentes sitúan su nacimiento en 1912), fue la primera mujer afroamericana en tener un cuadro en la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York, pero mucho antes que eso, soportó el peso de ser una mujer negra y pobre en unos Estados Unidos lleno de problemas por los derechos civiles.
Terminó la Washington High School, ubicada en Portland, alrededor de 1932, y continuó profundizando en las artes. Continuaría estudiando arte en la Museum Art School en 1934 (más tarde rebautizada como Pacific Northwest College of Art) y en la Universidad de Oregon ese mismo año. Si bien sus primeros trabajos fueron principalmente retratos, su estilo único comenzó a afianzarse en poco tiempo, volviéndose una retratista de diversos temas con dignidad.
En 1935, se casó con su primer marido, Romaine Streat, cuyo apellido usaría para su carrera profesional, incluso después de que terminara su matrimonio. Tras este suceso, se mudó a San Francisco en 1938, donde trabajó en el programa de artes en Works Progress Administration, iniciada en 1935 por el presidente Franklin D. Roosevelt, más conocida por proyectos de obras públicas como la construcción de puentes y presas, pero también patrocinaba proyectos artísticos y empleaba actores, músicos, escritores y otros artistas.
Fuente: Invaluable
Este tiempo, que además de servirle como una dedicación plena a sus lienzos, la puso en contacto con otros varios artistas famosos, incluido el pintor mexicano Diego Rivera, con quien trabajó en su mural de la Unidad Panamericana, en San Francisco y entabló una digna amistad.
Ella, volcada a su pintura de estilo gouache que se centra en figuras antropomórficas estilizadas, continuó perfeccionando su forma, una adherida a los métodos tradicionales que da la sensación de trabajo más antiguos que el siglo XX que encantaron a Alfred Barr, el primer director del Museo de Arte Moderno de Nueva York, que en 1942, hizo de su pieza una permanente de la colección, con lo que se convirtió en la primera mujer afroamericana en ingresar a la colección permanente del MoMA.
Su arte, hermoso pero provocador, le valió igual elogios que amenazas, incluídas del Ku Kux Klan. No obstante, su osadía le evitaron frenar, y para la segunda mitad de la década de 1940, Streat se mudó de California a Chicago y comenzó a enseñar arte a los niños mientras continuó por su cuenta estudiando las tradiciones culturales y ampliando su estilo artístico y los medios en los que trabajaba, incluidos murales de las contribuciones de los afroamericanos a la ciencia, la medicina y la industria.
A medida que su carrera comenzó a despegar, Thelma viajó por todo el mundo y experimentó con nuevas formas de arte, llegando a Haití, México y Canadá, donde estudió bailes tradicionales y enseñanzas de culturas indígenas.
La influencia de estos lugares fueron luego reflejados en sus pinturas y espectáculos de danza posteriores que organizó en Portland y Oahu y Maui, en Hawai, a donde se mudó con su segundo esposo, con quien fundó la Ciudad de los Niños, que tenía el objetivo de enseñar a los estudiantes sobre el multiculturalismo y la diversidad.
Fuente: Curbside Press
Los años posteriores para Streat fueron de viajes, unos donde pudo conocer a Eleanor Roosevelt y se convirtió la primera mujer estadounidense en tener un programa de televisión en París. Viajó al Palacio de Buckingham para realizar un baile para el Rey y la Reina.
En este tiempo, Sir Charles Cochran, un famoso director de teatro inglés y renombrado empresario que falleció en 1951, dijo que Streat era "el intérprete más versátil que he tenido la suerte de presenciar".
Desafortunadamente, su extraordinaria vida se truncó a los 47 años por un ataque cardíaco en mayo de 1959 en Los Ángeles, no obstante, hasta el final, sus días estuvieron llenos de pasión por aprender y apreciar otras culturas, ya que, hasta el mismo año de su muerte, estudiaba antropología en UCLA en California.
El legado de Thelma Johnson Streat se extiende mucho más allá de Oregon y los Estados Unidos. Sus pinturas todavía se exhiben en museos locales y seguramente se encontrarán en colecciones de artistas afroamericanos que están sucediendo en este momento en todo el estado y más allá.