Una de las figuras más importantes de la modernidad europea es Vasily Kandinsky debido a que fue el primer artista que accedió a la idea de la abstracción total y tuvo un papel crucial en la creación de dos grandes (e importantísimos) grupos: El jinete azul y la Bauhaus.
Nacido en Moscú, el 16 de diciembre de 1886, este tomó clases de música y dibujo antes de acudir a la Universidad de Moscú a estudiar Derecho y Economía, donde, tras licenciarse, en 1892, impartió clases.
Su vida dio un giro inesperado en 1895 tras haber visitado una exposición de impresionismo francés y quedar fascinado por una obra de la serie de los Almiares de Claude Monet.
Tan solo un año más tarde Kandinsky decidió abandonar su profesión, las clases de Derecho y Economía, y dedicarse por completo a la pintura.
En 1906 dejó Rusia para instalarse en Múnich, donde estudió arte bajo la dirección de Franz von Stück. Dicha ciudad y Jugendstil, que no es otra cosa que el Art Nouveau en Alemania y en Suiza, lo incitaron a desarrollar un arte sin tema y concentrarse en la expresividad de cada obra.
Y fue así, con la publicación de su libro De lo espiritual en el arte y el suprematismo que impulsó (vanguardia rusa enfocada en las formas geométricas) la construcción de la Bauhaus alemana.
La figura de Kandinsky resulta compleja y clave en estos tiempos ya que no solo se interesó por crear sino por fundamentar todo aquellos que hacía y fue precisamente por esto que en 1909, junto con Franz Marc y otros artistas más, fundó la Nueva Asociación de Artistas de Múnich.
La importancia de esta agrupación radica en que es considerada como precursora y pionera del arte moderno de la Alemania del siglo XX.
Pero no pasaría mucho tiempo, solo dos años, es decir, en 1911, para que abandonara dicho grupo y fundara junto con Marc El Jinete Azul.
Dicho nombre se debe a la fascinación de Vasily Kandinsky por la imagen de fábula de los jinetes, que a menudo había pintado, y a la inclinación estética de Franz Marc por la belleza de los caballos. Además, ambos artistas amaban el azul.
Para Kandinsky en aquel momento la base del arte fue el principio de la necesidad interior y el color fue el medio por el que ejerció una influencia directa en el alma.
Cabe mencionar (y subrayar) que Kandinsky no fue un jinete azul durante toda su vida, pues cambió de colores y de hecho dejó de interesarse por este cuando llegó a Rusia en 1921.
En ese momento su interés se centró en la línea, no en el color, ya que esta fue una metáfora para explicar sus ideas utópicas hasta el final de sus días, el 13 de diciembre de 1944, pero lo que abordó en dichos años anteriores en El Jinete Azul fue crucial para el arte aunque solo parte de su gran legado artístico.