El último gran paradigma musical, el jazz, es otro de los campos del arte donde las mujeres han encontrado –desde hace más de 100 años– un terreno fértil para crear, expresar, sublimar e, incluso, pelear por causas. De un aluvión de exponentes, hoy seleccionamos a cinco para proponerte echar un clavado a las plataformas digitales de música y dejarte llevar por los síncopes e improvisaciones de su trabajo.
Nina Simone
Sin duda, una diosa en la interpretación y ejecución de soul, R&B, blues y jazz. Nina Simone fue una mujer que, a mediados del siglo pasado, se impuso en un mundo mucho más dominado por hombres que ahora para dar rienda suelta a su eclecticismo creativo.
Pianista y cantante con registro vocal de contralto, Simone se caracterizó por tener irrupciones vocales que pasaban del susurro a la estridencia vocal. Fue conocida como La Sacerdotiza del Soul, y su talento y compromiso no se limitaron únicamente a la ejecución al piano y la voz plena de improvisaciones.
Simone fue una fuerte activista en la defensa de los derechos de las mujeres, particularmente de las afroamericanas en el sectario Estados Unidos de mediados a finales del siglo XX.
Su biografía inspiró un documental: What happened, Miss Simone?, de la directora Liz Garbus, quien explora en varias entrevistas, tracks y videos musicales la vida convulsa y sincopada vida de la cantante que luchó por la libertad de su música y su identidad como mujer y afroamericana.
Nina Simone, una artista que, en su día a día, creó la posteridad misma de su obra.
Aziza Mustafa Zadeh
O podríamos llamarla simplemente: Jazziza. Pianista, compositora e interprete nacida en Azerbaiyán. Su pasión por el jazz y el folklore de su tierra natal le han permitido dar una impronta muy personal y única a su música y fusionar dos mundos, no tan alejados: el mundo de la improvisación sincopada del jazz no está lejano, en la obra de Aziza, del mugham, como se denomina al estilo musical tradicional de Azerbaiyán, caracterizado por la improvisación vocal.
El rango vocal y la capacidad de interpretación en un tempo frenéticamente veloz que posee hacen de la experiencia de escucharla un lugar cómodo y al que uno quiere regresar tan pronto como acaba de introducirse, sea melómano o villamelón.
Oírla a capella o persiguiendo los dieciseisavos de su propia ejecución al piano es un agasajo que no debe uno perderse.
Hiromi Uehara
La anécdota de su desbordante talento va, más o menos, así. El connotado jazzista Chick Corea fue a Japón a dar una seria de clínicas musicales. Una de las inscritas no pudo llegar a la cita.
Muy a tono con la solemnidad y profundo respeto de las personas en Japón, la joven pianista sintió la necesidad de ir a buscar al músico para disculparse por lo que consideraba una falta de respeto, y a pedirle que la escuchara.
El músico norteamericano asintió y pasaron a un piano. Cuentan los conocedores que Chick Corea solo tuvo una cosa que decirle a la estudiante: “¿qué tienes qué hacer mañana?” Ella dijo que no tenía planes específicos, y preguntó por qué. “Ocurre que tengo un concierto, y querría tocar contigo”. Se trataba de Hiromi Uehara, quien no necesita mayor introducción ni descripciones editoriales, que se perderán en la porosidad de la memoria. Mejor, escúchala aquí:
Esperanza Spalding
Una cara joven y talentosa de Estados Unidos: la contrabajista Esperanza Spalding, quien saltó a la fama con su Grammy por Mejor Nueva Artista 2010, dejando en el camino a Justin Bieber. Hoy, tiene cuatro de esos galardones y ha tocado en los Premios Nobel.
Comenzó a tocar el violín en su infancia, y por varios años, como autodidacta, se sumergió en el mundo del bajo y la guitarra. Su primer álbum fue de 2006, Junjo, balo el sello Avya Musica.
Su compromiso musical no sólo está en la interpretación y creación: también en la docencia, pues ha sido instructora para nuevas generaciones, aún más jóvenes que ella.
Melissa Aldana
En el top 5, no podía faltar el talento latinoamericano: Melissa Aldana, una saxofonista chilena que comenzó sus estudios bajo la tutela de su padre.
Melissa ha sido pionera de varias formas. En 2020, antes del impasse por la pandemia, fue la única mujer nominada al Grammy por Mejor Solo de Jazz, en cuya terna estaba el reconocido saxofonista Brandon Marsalis.
Su talento en las llaves de esa serpiente hipnótica que es el sax, la ha puesto en el mapa. Un botón de muestra: tras su graduación en el prestigiado Berklee College of Music, en Boston, Melissa tuvo varias presentaciones en un rinconcito de la Calle 3 de Nueva York, en el Greenwich Village: el mítico Blue Note.