Las mujeres negras han desempeñado un papel fundamental y heroico en la lucha por los derechos civiles y el surgimiento de los movimientos negros al ser activistas y escritoras.
Dicha participación de la escritora negra en la literatura se remonta hacia la década de 1950, cuando aparecieron las primeras plumas.
Una vez que se dieron cuenta de sus poderes y de la liberación de sí mismas, la letra de estas autoras fue usado para representar y expandir la literatura negra como una alianza para la lucha.
Publicar, después de todo, significa dar a conocer tu trabajo. No es solo imprimir un libro, más bien, es introducirlo en el mercado de las ideas, y si eso es difícil ahorita, anteriormente lo era aún más.
Lo cierto es que nosotros la tenemos un poco más fácil, ya que con talentos como Margaret Walker, Ntozake Shange, Gayl Jones, Nikki Giovanni, Sonia Sanchez, June Jordan, Toni Cade Bambara, Alice Walker, Mari Evans, entre tantas otras, fueron las primeras piedras de los escritoras que construyeron literatura negra en los Estados Unidos para abordar temas como género, raza , sexualidad, violencia, patriarcal, misoginia, migración, etc.
Puede ser interminable compilar en una sola lista a todas las distinguidas escritoras negras porque son muchas. Sin embargo, a continuación te presentaremos tres plumas que llaman la atención y que sin duda disfrutarás de leer.
Fuente: Afroféminas
Audre Lorde
En sus escritos proféticos demuestra, una y otra vez, una capacidad notable y necesaria para defenderse a sí misma, su destreza intelectual y la de todas las mujeres negras, con poder y gracia.
Desde una edad muy temprana, reconoció la importancia de hablar porque el silencio no la protegería a ella ni a nadie; reconoció, también, que nunca habrá un momento perfecto para hablar porque “mientras esperamos en silencio ese lujo final de valentía, el peso de ese silencio nos ahogará”.
Lorde nunca lidió con un solo aspecto de la identidad, ya que estaba tan preocupada por la clase, el género y la sexualidad como por la raza. Mantuvo estas preocupaciones y lo hizo con cuidado porque valoraba la comunidad y la diversidad de las personas que formaban parte de una comunidad determinada.
Valoraba las diferencias entre nosotros como fortalezas más que como debilidades; para ella, hacer esto era de especial urgencia porque, en su opinión, “el futuro de nuestra tierra puede depender de la capacidad de todas las mujeres para identificar y desarrollar nuevas definiciones de poder y nuevos patrones de relación a través de las diferencias”.
Nacida como Audrey Geraldine Lorde en 1934 en Harlem, Nueva York, Lorde murió a la edad de 58 años después de vivir durante 14 años con cáncer.
Era una figura compleja, que audazmente se describía a sí misma como “negra, lesbiana, madre, guerrera, poeta”. Sus escritos sobre raza, sexismo y emociones ofrecen una idea de lo que nos mantiene atados a pesar de nuestros mejores esfuerzos. Sin embargo, su verso y su prosa acusatorios no nos dejan simplemente atrapados en la vergüenza. Más bien, nos permiten imaginar un futuro mejor y nos mueven a participar en acciones para dar forma a un mundo nuevo.
Lorde, como muchos de nosotros, estaba preocupado por dejar un legado. Estaba convencida de que "nadie asistirá a mi trabajo con el atrevimiento apasionado y la precisión que merece y necesita hasta que yo esté muerta". Sus escritos se hicieron muy conocidos durante su vida y todavía resuenan hoy.
Cheryl Clarke
Cheryl es una fuerza importante todavía activa.
Como poeta, activista, ensayista y educadora pionera, Cheryl ha centrado y continúa impulsando la literatura y la organización feminista lesbiana negra radical.
Decir que Clarke es brillante es quedarse corto. Clarke, poeta, escritora, ensayista y educadora, no solo ha puesto de relieve las injusticias generalizadas cometidas contra la comunidad negra, sino que ha sido (y sigue siendo) fundamental para elevar y centrar las políticas, perspectivas y prácticas feministas lesbianas negras radicales.
Pionera en tantos aspectos, Clarke sin duda ha sentado un poderoso modelo para la teorización, la organización, la erudición y el liderazgo presente y futuro de lesbianas negras y feministas queer.
Nacida en Washington, D.C., en 1947, Clarke se interesó por la escritura desde una edad temprana. Habiendo crecido durante el apogeo del Movimiento por los Derechos Civiles y habiendo enfrentado los peligros de la segregación de primera mano, Clarke se politizó a una edad temprana. A los 16 años, Clarke, junto con sus padres, asistió a la Marcha de 1963 en Washington por el Trabajo y la Libertad. Antes de la marcha, Clarke conoció y tuvo un encuentro rápido con el Dr. Martin Luther King, Jr., y su vida de definió para siempre.
Al considerarse a sí misma una "estudiosa de Audre Lorde", Clarke ha escrito extensamente sobre el profundo legado de la vida y la literatura de Lorde.
Barbara Smith
Barbara es un activista y escritora estadounidense, defensora de los derechos de la comunidad LGBT.
A lo largo de su vida, ha enseñado en numerosos colegios y universidades por los últimos cinco años, mientras sus ensayos y artículos han aparecido en gran cantidad de publicaciones de prestigio, incluyendo The New York Times, The Black Scholar, Ms., Gay Community News, The Guardian, The Village Voice, Conditions y The Nation.
Fundó, junto a Audre Lordem la editorial "Mujeres de Color", especializada en publicaciones escritas por mujeres negras. Su trabajo crítico y editorial en los años setenta y ochenta ha ayudado a mejorar la tradición literaria de las mujeres afroamericanas y a definir el feminismo negro.
Smith es una de los activistas, educadores y autores más formidables de Estados Unidos. Como cofundadora de Combahee River Collective, una organización feminista de lesbianas negras con sede en Boston, y cofundadora de la editorial Kitchen Table: Women of Color Press, Smith ha dado a generaciones de mujeres un mapa de ruta para el feminismo negro, la expresión creativa y el progreso político.
A través de su trabajo como educadora y constructora de coaliciones, ha alentado a las comunidades a cuestionar y desafiar constantemente las estructuras de poder opresivas, y a rechazar la codicia generalizada del capitalismo.
Aunque escritas hace 35 años, las palabras de Smith son tan válidas hoy como lo fueron entonces.
Ella es parte de un legado persistente de feministas de color que surgieron durante los años 60 y 70 y allanaron el camino audazmente para las generaciones futuras.
La suya es una voz esencial para documentar una historia del feminismo en la que las mujeres de color no son marginadas.