Charles Addams, creador de Los Locos Addams, fue un caricaturista y destacada figura de la sociedad neoyorquina lo que hace aún más interesante su vida.
A pesar de la ortografía distinta de su apellido, estaba emparentado con dos Presidentes estadounidenses: John Adams y John Quincy Adams.
Desde joven sintió atracción por lo siniestro. En 1932 trabajó para una revista llamada True Detective, donde su función era retocar fotos de cadáveres para que no lucieran tan ensangrentados.
A lo largo de su carrera como caricaturista hizo dibujos de distintos tipos para una gran variedad de publicaciones, anuncios y hasta la portada de un álbum, Ghost Ballads, del cantante Dean Gitter.
Uno de los medios más importantes en los que participó fue la revista The New Yorker. Para esta publicación, alrededor de 1938, empezó a trazar personajes que después inspirarían a Los Locos Addams.
Él mismo era tan excéntrico como ellos. Para muestra un botón, pues resulta que adornaba su departamento con objetos como pistolas antiguas, espadas, murciélagos de hule, un hueso humano y una mesa originalmente usada para embalsamar cadáveres.
Visitaba criaderos de serpientes, hacía picnics en panteones y solía reír en funerales. Además corrían decenas de rumores que lo hacían parecer incluso más extraño. Uno de ellos era que dormía en un ataúd.
Aunque le gustaba lo siniestro, lo cierto es que Charles Addams se desenvolvía en un entorno de glamour. Le gustaban los autos Aston Martin y Bugatti, los puros, la bebida y las mujeres bellas.
Era popular entre estas últimas, pues tenía gran porte y un look refinado. Tuvo relaciones románticas con las actrices Greta Garbo y Joan Fontaine, además de Jacqueline Kennedy.
También tuvo amigos famosos como el escritor Ray Bradbury y el director de cine Alfred Hitchcock. Se dice que Hitchcock se inspiró en las ilustraciones de Addams al decidir cómo sería la casa de Norman Bates en su cinta Psicosis (1960).
Algo que resulta curioso sobre su trabajo es cómo el amor le impactó en su universo creativo. Resulta que en 1942, el caricaturista conoció a su primera esposa, Barbara Jean Day, parecida físicamente a Morticia. Se divorciaron pues él se negaba a que adoptaran un hijo.
Su segunda mujer, Barbara Barb, también conocida como Estelle B. Barb, era una abogada astuta que también lucía como Morticia. Estuvieron casados hasta 1956 y, a la larga, ella se quedó con los derechos de Los Locos Addams para cine y televisión.
La serie televisiva original surgió gracias al productor David Levy. Para crearla, le pidió a Addams que le pusiera nombres y características más específicas a los personajes que había estado dibujando para The New Yorker; al principio, éstas no estaban relacionadas entre sí.
Ante la petición de Levy, el ilustrador imaginó a Homero, Morticia, Merlina, Pericles, el Tío Lucas, la Abuela, el Tío Cosa, Dedos y Largo.
Se convirtieron en figuras centrales de una serie sobre una familia acaudalada que se deleitaba con lo macabro, sin estar consciente de que otros la encontraban rara y atemorizante.
El propio Addams no hubiera desentonado con estos personajes. Se casó con su tercera y última esposa, Marilyn Matthews Miller, en un cementerio de mascotas. Ella llevaba vestido negro.
El dibujante falleció a los 76 años, un 29 de septiembre de 1988, debido a un ataque cardiaco, pero su obra sigue vigente.