Las esculturas de la artista española Isabel Alonso Vega son unas verdaderas joyas debido a que a través de ellas da forma a lo intangible, pues literalmente encapsula el humo.
Sólidos efímeros fluctúan en cajas transparentes casi como si fueran insectos en la colección de un entomólogo.
El trabajo de esta artista, de 54 años, intenta subvertir la relación entre forma y contenido al dar forma a objetos sin cuerpo, por lo que ella utiliza la pintura como si estuviera esculpiendo la piedra.
Actualmente Isabel Alonso Vega es una de las talentosas artistas que forman parte de Proyecto H, por lo que te invitamos a conocerla un poco mejor a través de Bio FAHRENHEIT°.
¿Estudiaste arte o eres autodidacta?
Estudié Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid.
¿Cuál fue tu primera obra?
Un óleo que representaba un retrato hiperrealista de mi cama. Todo blanco con almohadas y sábanas blancas. Fue seleccionado como finalista para el Premio Blanco y Negro de prensa española. Nunca más me volvieron a seleccionar.
Tus piezas son en color negro y rojo, ¿por qué usas estos colores?
Para mí el antagonista del negro es el rojo. El rojo es vida, es felicidad. Es hablar de la sangre. La verdad es que el negro es el color con el que más me identifico. Es como si pudiera convertir mi dolor en algo físico. No mi dolor per se, pero el dolor colectivo. Yo creo que el poder verlo plasmado y encapsulado en una caja transparente uno lo puede observar como un tipo de trofeo. Es una manera de ganarle a esos miedos, es un trofeo que te llevas de la cacería a casa como un taxidermista.
Tres creadores que admiras.
Otto Piene, Jaime Sicilia y Anish Kapoor.
Realizaste una residencia en la Ciudad de México, ¿qué te pareció esta metrópolis?
Fue maravillosa. Fue casi el destino venir a México. Es una locura porque recuerdo que hace unos años, en noviembre, estaba viviendo una tristeza muy fuerte y quería salir de España, deseando escapar a otro lado. Dos días después Sofía Sáenz de Santamaría, la directora de Proyecto H, me llama y me pregunta si estoy interesada en hacer una residencia en México. Es cómo si le hubiera pedido al universo mi deseo y tuve una respuesta exprés.
¿Cuál es tu proceso creativo?
Mi trabajo siempre se ha caracterizado simplemente por trabajar inconscientemente. De la nada. Veré algo que me emociona y comienzo a trabajar. Esto generalmente se traduce en muchos accidentes que ocurren en el transcurso, pero siempre tiro de esa cuerda sin tener idea de lo que podría pasar.
Cuando empecé a trabajar con el humo me pregunté: ¿por qué encuentro esto tan fascinante? Bueno… primero porque es negro y habla de la muerte. Pero no de la muerte física, pero el espectro de las muertes de la experiencia humana: los dolores, las pérdidas. Quizá incluso esos miedos y preocupaciones que no son reales, pero que uno vive su vida como si lo fueran.
Para mí el humo también representa el azar. No soy yo la que esta a cargo de realizar las figuras, yo dejo que el humo me guíe. Mi voluntad no manda, es el humo que propone el resultado.
¿Qué es lo más importante en tu día a día?
No tengo idea. Si algo aborrezco es la rutina. Ningún día es como el otro para mí. La única cosa que sé es que odio despertarme temprano, yo vivo para las tardes y para las noches. Para mí es muy difícil tener citas antes del mediodía. Si es necesario, lo haré, pero no me gusta para nada.
¿Cuáles son tus planes para el futuro?
Por el momento estaré preparando una serie para Ciudad de México y varias de estas piezas se presentarán en la edición 2023 de la feria Zona Maco.