Las ilustraciones que lleva a cabo la argentina Carolina Romano, de 47 años, resultan un apapacho para el alma.
Caro, como todo el mundo la conoce, muestra en sus obras a mujeres que se abrazan, reflexionan, lloran y son fuertes… como en la vida real.
Algunos años después de finalizar sus estudios de arquitectura decidió que quería ser ilustradora, al sentir que su amor por el cine, el teatro, la música y la naturaleza podía sintetizarse en la pasión que la había acompañado desde niña: dibujar.
Estudió arte conceptual con Oscar Chichoni, y trabajó en producción y diseño de arte para cine.
Es colaboradora del suplemento Número Cero, del diario La Voz del Interior.
Ilustró junto a Sabina Álvarez Schürmann los tres primeros libros Las Súper 8, escritos por Melina Pogorelsky, de Editorial Ralenti.
Actualmente Carolina Romano forma parte de la Galería Mar Dulce, en Buenos Aires, Argentina, así que te invitamos a conocerla un poco mejor a través de Bio Fahrenheit.
¿Estudiaste arte o eres autodidacta?
Estudié arquitectura. Hice talleres de anatomía, concept art, diseño de arte, libro-álbum... y sigo estudiando.
Describe tu profesión en una frase.
Creo que mi profesión es un sueño realizándose de a poco, con esfuerzo y alegría.
¿Cuál fue la primera obra que te marcó para iniciar tu camino en el arte?
Creo que no fue una obra específica, sino muchas las que a lo largo de los años fueron nutriéndome de manera invisible. Desde siempre, sentí admiración infinita por la naturaleza, y fascinación por el cine y el teatro. Además de la obra en sí, siempre me llamó la atención el detrás de escena y me interesaron los procesos. Al mismo tiempo, sentí una afinidad especial por determinadas estéticas y paisajes que se fueron convirtiendo en una constante. Hasta que un día me di cuenta de que si creaba dibujos, en ese hacer específico podía reunir todo lo que siempre me había atraído y fascinado.
Lugar de inspiración o reflexión.
Me inspira y motiva observar la naturaleza, las ciudades, las personas, ciertas conversaciones, algún paisaje, el cine, la música, los libros, y muchos más. Siempre me refiero a elementos que conmueven mi sensibilidad de alguna manera en particular.
¿Cuál es tu punto de encuentro favorito con los amigos?
Mi lugar de encuentro con amigos y amigas favorito es el patio del molle, en mi casa. Es un lugar hermoso. El molle es un árbol pueblo inmenso y añoso donde anidan y cantan pájaros; allí debajo hay una mesa donde siempre esperan el mate y cosas dulces para compartir momentos.
¿Cuál fue tu primera obra?
Puedo mencionar como mi primera obra a Marciana, un dibujo inspirado en un bello texto de mi compañero Guillermo Imsteyf.
Tres creadores que admiras.
Martha Chiarlo, artista plástica y docente argentina.
Isol, dibujante y autora de libros ilustrados argentina.
Lucy McRae, artista visual australiana.
¿Qué significa para ti crear?
Para mí, crear es esa curiosa sensación de ser testigo de la aparición de una escena que brota casi con vida propia; es el proceso de hacer visibles las imágenes que aparecen en mi mente y verlas transformarse en universos donde luego poder sumergirse.
¿Qué es lo que más importante en tu día a día?
Lo más importante es no olvidar conectarme, al menos por unos momentos, con la naturaleza; es no perder los objetivos.
En tres palabras, ¿cómo te describen tus cercanos?
No lo sé.
Algo que quieras agregar
Cito a Ludwig van Beethoven sobre la responsabilidad propia de desarrollar nuestros talentos: “Si quieres conocer los milagros, hazlos tú antes. Solo así podrá cumplirse tu peculiar destino”.