El cineasta Éric Rohmer legó a la cultura francesa (y europea en general) una original y única forma de entender el séptimo arte.
Rohmer es considerado uno de los cineastas franceses clave y representante de la Nouvelle Vague (Nueva Ola), movimiento cinematográfico que logró modificar profundamente los cánones estéticos del cine.
Desarrolló un arte cinematográfico basado en el diálogo, el realismo, la cotidianidad y los conflictos internas de sus personajes.
En total Éric Rohmer filmó más de 20 largometrajes que reúnen un puñado de obras maestras. También adaptó para la televisión el Quijote y los espeluznantes cuentos de Edgar Allan Poe, escribió cientos de críticas y varios libros sobre Alfred Hitchcock y Charles Chaplin.
Este genio del cine nació en Tulle, Francia, como Jean-Marie Schérer el 21 de marzo de 1920 y como dato curioso resulta que antes de dedicarse al cine fue profesor de literatura.
En la década de 1950, en los cineclubes del Barrio Latino de París, junto con otros jóvenes cineastas de la época como Jean-Luc Godard, François Truffaut o Claude Chabrol, concibió la Nouvelle Vague, toda una revolución dentro del cine.
Como crítico, participó en publicaciones como La revue du Cinéma, Les Temps Modernes, La Parisienne, Arts, La Gazette du Cinéma y la prestigiosa y emblemática Cahiers du Cinéma, de la que fue redactor jefe de 1957 a 1963.
Éric Rohmer debutó en 1959 con el largometraje Le signe du lion, al que siguió la serie Seis cuentos morales, compuesta por La panadera de Monceau (1962), La carrera de Suzanne (1963), La coleccionista (1967), Mi noche con Maud (1969) -con la que alcanzó el reconocimiento-, La rodilla de Clara (1970) y El amor después del mediodía (1972).
En diversas entrevistas se declaró alérgico a las grandes superproducciones y dio varias controversiales declaraciones entre las que destaca la siguiente:
"Si tuviera actores más caros, si emplease más medios técnicos, si tuviese un equipo más pesado, mis filmes serían peores”, dijo.
En la década de 1980 comenzó con su segundo conjunto temático, de otros seis largometrajes: Comedias y proverbios: La mujer del aviador (1980), La buena boda (1981), Paulina en la playa (1982), Las noches de luna llena (1984), El rayo verde -León de Oro en Venecia en 1986- y El amigo de mi amiga (1987).
Durante muchos años se le acusó de haberse especializado en filmar películas sobre jóvenes, pero a él no le gustaba esa etiqueta.
La última de sus series se tituló Cuentos de las cuatro estaciones, formada por Cuento de primavera (1989), Cuento de invierno (1992), Cuento de verano (1996) y Cuento de otoño (1998).
En 1994, apareció Les rendez-vous de Paris, película fiel al más puro estilo de la Nouvelle Vague, filmada en las calles de París con cámara de 16 milímetros al hombro y para la cual Rohmer tuvo sólo un pequeño equipo de tres personas -ayudante de producción, operadora y técnico de sonido-, con el resultado de tres cortometrajes independientes, pero unidos por el tema de la relación de pareja.
Su último filme, Los amores de Astrée y Céladon fue seleccionado para competir en la Mostra de Venecia de 2007.
Él, así como sus fanáticos y decenas de críticos, lo reconocieron como el más auténtico deudor de la Nouvelle Vague, y se vanagloriaba de no haberla traicionado nunca.