Los diseñadores han vislumbrado el futuro de la arquitectura: rascacielos inflables generados con Inteligencia Artificial.
Los edificios son una idea de ZUMO, un estudio de arquitectura basado en Barcelona. Fundada en 2020 por Andre Sashko y Alessandro Lussignoli, la empresa combina conocimientos clásicos y tecnología contemporánea para visualizar nuevas formas de construcción.
Su último proyecto se suma a mitad de camino al arte de la arquitectura. ZUMO usó el modelo de texto a imagen para visualizar los edificios destartalados en entornos urbanos.
Las imágenes muestran las superestructuras que se elevan sobre las ciudades del futuro. Estos inmuebles parecen globos iluminados que se elevan hacia el horizonte.
El proyecto inevitablemente tiene un componente de sostenibilidad. Como objetos inflables, los edificios pueden bombearse a grandes alturas, aplanarse para el transporte y reconstruirse donde sea necesario. Solo hay que asegurarse de deshacerse de cualquier objeto afilado antes de ingresar.
Funcionan con energía renovable y también tienen una huella ecológica más pequeña, lo que podría ser útil si existieran. Un día tal vez lo sean.
AI se hace cargo de la arquitectura
Los edificios de ZUMO pueden ser falsos, pero la IA ya está desempeñando un papel en el diseño de edificios reales.
Zaha Hadid Architects, por ejemplo, reveló recientemente que utiliza generadores de texto a imagen para generar ideas para la mayoría de sus proyectos.
Aunque la práctica es popular, está resultando controvertida. Los defensores argumentan que la IA puede hacer esto proporcionar nueva inspiración, Involucre a los clientes en el proceso de diseño y reemplace las subtareas. Sin embargo, los críticos dicen que los sistemas se adaptan a estilos arquitectónicos y visuales específicos.
También existe una preocupación más amplia sobre la amenaza para los diseñadores humanos. En enero, tres artistas involucrados en el asunto presentaron una demanda colectiva. Los demandantes alegan que Stability AI, DeviantArt y Midjourney violaron los derechos de decenas de artistas al remezclar sus obras protegidas por derechos de autor.
En el caso, se argumenta que estas empresas entrenan sus herramientas sobre imágenes tomadas de internet sin el consentimiento de los creadores. No es una afirmación controvertida: el fundador de Midjourney ha admitido la práctica.
Inspirados en las obras de arte originales, los sistemas ahora producen infinitas imágenes generadas por IA, con ganancias. Se puede decir que roban tanto el trabajo pasado como el futuro de los artistas. Pero si pueden permitir un futuro glorioso de vida, tal vez esté justificado.