Lo fascinante de Diego Rivera no es solo su grandiosa capacidad con un pincel, es también los lugares que él convirtió en emblema a través de su arte y de su pensamiento.
Lo hizo con el Museo Anahuacalli y lo hizo con Casa de los Vientos, donde vivió sus últimos años.
Ubicada en la calle Inalámbrica del fraccionamiento las Playas en la zona del Acapulco Tradicional, la propiedad de dos niveles fue construida en el año de 1943 y fue considerado como la casa de verano del gran artista mexicano.
Hace varios años, en el 2013, la Secretaría de Cultura de Guerrero y la Fundación Slim adquirieron el inmueble en tres millones de dólares con el propósito de conservar los murales que pintó Diego junto con su esposa la también pintora Frida Kahlo.
Además de mantener la obra de arte del pintor mexicano, otra de las intenciones de adquirir la vivienda fue la de convertirla en un centro cultural en uno de los estados mexicanos de mayor atracción turística.
En la propiedad de dos niveles, construida en una extensión de 553 metros cuadrados y mil 760 metros de jardín, el pintor Diego Rivera realizó tres murales en el techo de la vivienda que consiste en un paisaje marítimo.
Pero la obra más emblemática que se tiene en la casa se encuentra en la fachada principal donde aparece la obra denominada "Exekatlkalli o Ehecatl Calli), el cual está construido en 70 metros cuadrados de la residencia.
Este espacio considerado como un recinto cultural, que, a pesar de su abandono, perteneció también a la impulsora de las artes, Dolores Olmedo, y en 1956, llegó a esta residencia Diego Rivera.
La casa, a través de los años, también ha abierto sus puertas a políticos mexicanos como Miguel Alemán Valdés, Adolfo López Mateos y otras personalidades que disfrutaron el arte cultural del pintor mexicano.
Antes de morir, Diego Rivera pintó en la "Casa de los Vientos" su última exposición antes de fallecer el 24 de noviembre de 1957.
Con el paso del tiempo, se anunció un proyecto que consistía en la rehabilitación de la estructura, así como la reparación de los murales que fueron creados en la residencia por el famoso pintor, pero los resultados aún están por verse.
El recinto se encuentra prácticamente en el olvido, pero no hay duda que posee un gran valor cultural que no es muy conocido por acapulqueños y propios turistas, en gran parte debido a que no es considerado una ruta cultural.