Ubicado en el Valle de Jiuzhai, China, se encuentra el bellísimo centro de visitantes creado por el Instituto de Investigación y Diseño Arquitectónico de la Universidad de Tsinghua (THAD, por sus siglas en inglés) en el que se aprovechó su ubicación entre las montañas para crear un espacio con características únicas.
Resulta que esta firma emprendió el proyecto después del terremoto que se registró en Jiuzhaigou en 2017 y que acabó por completo con el sitio declarado como patrimonio mundial.
El recinto fue diseñado con la intención de aumentar el turismo en la región, convirtiendo la estructura en un hito.
Las instalaciones de este lugar, creadas para recibir millones de visitantes cada año, tomaron prestadas las ondulaciones de la topografía, las curvas de las montañas, el flujo del río y la dinámica de la naturaleza.

Al darse cuenta de estas influencias a través del diseño orgánico y la arquitectura paramétrica, THAD imaginó un diseño arquitectónico que pudiera narrar la correlación entre los elementos naturales y los hechos por el hombre.
El proyecto se ubica en un sitio privilegiado del valle, entre las tres montañas de la prefectura autónoma tibetana y Qiang de Ngawa, también conocida como Aba, en la provincia china de Sichuan.
Este recinto explora cómo la construcción artificial puede, literalmente, acomodarse en lugares escénicos naturales gracias a que cumple con requisitos exactos de múltiples funciones turísticas y mantiene el orden natural del entorno original en un sitio declarado como patrimonio mundial.

Algo que sorprende (y bastante) es que el valle formado por las tres montañas parece encontrarse en el centro del sitio, por lo que el plano del centro de visitantes sigue un patrón en el que la mayoría de los volúmenes construidos se asientan en dicho punto central.
Debido a que respeta la forma del lugar, el edificio que se construyó también diverge del punto central, por lo que se reduce de forma gradual a medida que se aleja.
Gracias a esto es que el centro de visitantes del Valle de Jiuzhai cuenta con una presencia equilibrada con su entorno y puede fusionarse, de forma totalmente orgánica, con la naturaleza del lugar.