Los encargados de este concepto que marcó un antes y un después en la arquitectura de la década de los 1970 fueron Georges Candilis y Anja Blomstedt, por quienes comenzó la construcción modular prefabricada a partir del Hexacube.
Conformado por dos cáscaras de fibra de vidrio reforzadas, el Hexacube es una burbuja cúbica hexagonal al que es posible acceder por medio de una puerta que se forma al unir un módulo con otro.
Fabricado por Dubigeon Plastiques, bajo la patente del arquitecto Candills y la diseñadora de interiores Blomsted, el hogar está inspirado en una cabina de barco, en la ciencia ficción y en el movimiento futurista que inició con la emoción e interés por la carrera espacial.
Cada módulo es de siete metros cuadrados, pero el sistema de fijación permite interconectar más módulos y con ello ampliar el lugar por lo que puede adaptarse a numerosas combinaciones de acuerdo a las necesidades de cada usuario.
Inicialmente la empresa CIFAM comercializaba hasta doce unidades; no obstante, la crisis del petróleo de 1973 en Europa frenó este proyecto arquitectónico.
En la actualidad, cuatro de estas novedosas burbujas se alojan en las bodegas Terra Remota en Girona, como parte de una muestra organizada por el coleccionista de arte Clément Cividino, quien ha conseguido recuperar las piezas originales.