En un giro sorprendente, la policía belga anunció la recuperación de dos obras maestras robadas de los legendarios artistas Pablo Picasso y Marc Chagall.
Las pinturas, sustraídas hace 14 años de la residencia de un coleccionista en Tel Aviv, fueron encontradas en un sótano en la ciudad de Amberes durante una operación policial.
Las obras en cuestión son el retrato de Picasso, "Tête" (1971), y "L’homme en prière" (1970) de Chagall, que representa a un hombre en oración. Ambas piezas, valoradas en cerca de un millón de dólares en el momento del robo, fueron halladas en condiciones sorprendentemente intactas y aún dentro de sus marcos originales.
El robo, que tuvo lugar en 2010, no solo incluyó las pinturas de renombre mundial, sino también joyas por un valor aproximado de 680,000 dólares, las cuales aún no han sido recuperadas. La pista que condujo al descubrimiento de las obras maestras provino de una fuente que alertó a las autoridades sobre un ciudadano belga en Namur, la capital de la región Valona, que estaba ofreciendo las pinturas a la venta.
La investigación se centró en un comerciante de relojes israelí de 68 años, quien admitió poseer las pinturas, pero se negó a revelar su paradero exacto. A pesar de encontrar una suma considerable de dinero en su residencia, las autoridades no lograron ubicar las obras durante la primera incursión.
Fue solo después de un minucioso rastreo que los investigadores siguieron la pista hasta una residencia en Amberes, donde finalmente se encontraron las valiosas obras de arte. A pesar de la confesión del sospechoso, la incertidumbre persiste sobre la ubicación de las joyas desaparecidas.
Este sorprendente giro en la historia de arte robado ha dejado a la comunidad artística boquiabierta y plantea preguntas sobre la integridad del mercado negro de arte en Europa. Las autoridades belgas han prometido una investigación exhaustiva para esclarecer los detalles del robo y determinar cómo estas obras maestras pudieron permanecer ocultas durante tantos años.