La profunda fascinación por las brujas de la artista Remedios Varo no sorprende debido al misticismo que siempre ha rodeado su obra. La pasión por lo oculto y lo extraordinario se remonta a su infancia, cuando ya mostraba interés por los cuentos fantásticos, la filosofía oriental y los misticismos.
Testimonios de sus primas revelan que Varo solía llenar las paredes de su casa con dibujos ingeniosos de brujas y serpientes. Desde temprana edad, parecía atraída por la figura de la bruja, plasmándola en sus creaciones artísticas. Sus primeras obras retratan a una anciana vestida como una bruja, persiguiendo aves o espantando alocados gansos.
A medida que Varo creció, su interés por la brujería se profundizó. Desde su temprana adolescencia, se aventuró en el mundo de lo oculto al escribir a un hindú para solicitar una raíz de mandrágora. Esta planta, asociada con la magia y la brujería, se utilizaba tanto en rituales mágicos como en la elaboración de pócimas de amor.
La mandrágora, con sus raíces que se asemejan al cuerpo humano, se convirtió en un tema recurrente en las pinturas de Varo, reflejando su fascinación por la metamorfosis entre lo humano, lo animal y lo vegetal.
Laboratorio, 1947. Remedios Varo. Foto: R. Varo
Vale señalar que el apellido materno de Varo, Uranga, se relaciona con las brujas de Amboto, conocidas como "durangas" debido a su origen en la región vasca de Durango. Aunque no hay pruebas concluyentes de una conexión directa, la magia blanca que impregna su obra y su vida sugiere una afinidad brujeril.
Lo anterior arroja nueva luz sobre el legado artístico de Remedios Varo y su constante exploración de lo misterioso y lo esotérico. Sus pinturas surrealistas y enigmáticas capturan la esencia de la brujería y nos invitan a adentrarnos en un mundo donde lo fantástico y lo real se entrelazan de manera fascinante.
La figura de la bruja se convierte así en un símbolo de empoderamiento y resistencia, reflejando la lucha de Varo y otras artistas mujeres por encontrar su lugar en un mundo dominado por hombres.
Remedios Varo dejó un legado duradero, inspirando a nuevas generaciones de artistas a explorar los límites de la imaginación y a abrazar su fascinación por lo desconocido. Su pasión por las brujas y su búsqueda de lo mágico se convierten en un testimonio eterno de la fuerza creativa y la valentía de una artista única.