Unas 400 personas entre judíos, políticos y una alianza de agrupaciones de la sociedad civil realizaron una marcha de protesta en contra de un concierto de Roger Waters en Fráncfort, Alemania.
Esto debido a que acusan al cofundador de Pink Floyd de antisemitismo, señalamiento que el músico rechazó tajantemente.
Waters también ha desatado la molestia de dichos grupos por el apoyo que ha brindado al movimiento BDS, el cual pide boicots y sanciones a Israel.
En un principio, las autoridades habían tratado de evitar el concierto, pero el reconocido artista logró impugnar con éxito dicha medida en un tribunal local.
Manifestantes el domingo por la tarde frente al Festhalle, el lugar donde se presentó Roger Waters. Foto: The Guardian
Debido a lo anterior, el concierto se llevó a cabo en el Festhalle de la ciudad, donde más de 3 mil judíos fueron abusados por los nazis en 1938.
“Ante este contexto histórico, el concierto no debió realizarse bajo ninguna circunstancia”, afirmó Sacha Stawski, miembro de la comunidad judía de Fráncfort y director del grupo Honestly Concerned, el cual ayudó a organizar las protestas.
La semana pasada, la policía de Berlín anunció que habían abierto una investigación en torno a Waters bajo sospecha de incitación al odio debido al disfraz que utilizó durante su actuación en la capital alemana a principios de este mes.
Imágenes publicadas en redes sociales mostraban que Waters usaba un arma de juguete y vestía una gabardina negra y un brazalete rojo. La policía confirmó el inicio de la investigación bajo sospecha de que el contexto del disfraz podría constituir una glorificación, justificación o aprobación al régimen nazi y, por tanto, un disturbio a la paz pública.
Michaela Fuhrmann, responsable de relaciones políticas de la comunidad judía de Fráncfort, indicó que el objetivo de la protesta era manifestarse contra el antisemitismo, el odio a Israel y las teorías conspirativas.
Los inconformes mostraron pancartas con inscripciones como “Israel, estamos a tu lado” y “Roger Waters, desearía que no estuvieras aquí”, en referencia a una de las canciones más famosas de Pink Floyd (Wish You Were Here).
En el pabellón Festhalle de Fráncfort, escenario del concierto, más de 3 mil hombres judíos fueron acorralados, detenidos, maltratados y finalmente deportados en 1938. En su memoria, hoy niños en edad escolar leyeron en voz alta los nombres de las víctimas.
Roger Waters ha sido acusado en repetidas ocasiones de antisemitismo y en Alemania son muchas las críticas a sus actuaciones.