Lo terribe de la disputa entre Roger Waters y David Gilmour es que el nombre de Pink Floyd está de por medio, y a pesar de que se reinventó para nuevos discos con valiosos temas, nunca fue lo mismo.
David y Roger. Fuente: Cultura Colectiva
David se unió a Pink Floyd en diciembre de 1967 cuando Nick Mason le preguntó si consideraría convertirse en el quinto miembro de Floyd, ya que la idea era que Syd Barrett, que veía su salud deteriorarse debido a un consumo habitual de LSD, se convirtiera en el creador de los temas, pero sin interpretarlos.
El suceso finalmente se confirmó en febrero de 1968, no obstante, desde entonces, se estableció una disputa creativa entre el nuevo integrante y Roger Waters, quien inmediatemente tras la salida de Barrett, pretendió establecer su orden y mandó en las riendas del exitoso conjunto que empezaba a ganar una fuerte presencia en el mercado británico.
A pesar de las diferencias y la partida del miembro fundador, Pink Floyd respondió sorpresivamente con algunos de los álbumes más exitosos y de mayor expansión en la historia del género del rock, y aunque su verdadero valor se mide mejor en términos de álbumes completos, juntos colocaron algunos de los éxitos más importantes de la historia de la música, como por ejemplo, Comfortably Numb.
Increíblemente, a pesar de todo el furor que causó la fusión, la banda en la década de 1970 con discos como Animals y Wish You Were Here y la lucha de egos, vivió una innegable tensión entre Waters y Gilmour en 1979 cuando grabaron The Wall, que para muchos es la segunda obra maestra después de The Dark Side of the Moon, un disco en el cual Waters asumió el rol protagónico en cuanta al concepto y la composición de los temas.
En 1982, ya sin Rick Wright, que por diferencias personales y artísticas con Waters había pedido su salida, Pink Floyd regresó al estudio para grabar un nuevo trabajo, The Final Cut, sin saber que sería la última vez que un disco contara con la participación de Waters.
En el resultado, es evidente que entre los dos líderes creativos existía una creciente tensión, ya que se trata casi de un disco solista de Waters, quien nuevamente compuso y cantó todo. Cuando el disco fue finalizado y lanzado al mercado en 1983, Gilmour mostró un desacuerdo casi total con el resultado conseguido en el álbum, por lo que cada miembro volteó a sus proyectos personales.
En 1985, Roger Waters salió de manera definitiva de la banda con el deseo de dedicarse completamente a su carrera como solista, aunque no sin antes hacer que el nombre de Pink Floyd no fuera usado por nadie nunca más, lo que arrancó una batalla legal contra el resto de sus compañeros, quienes querían trabajar como lo habían venido haciendo, con todo y el nombre y el regreso de Wright.
David Gilmour entonces tomó las riendas de la agrupación y decidió seguir adelante, ganando incluso el derecho de usar el nombre con el que la banda alcanzó la inmortalidad. Bajo su liderazgo, Pink Floyd editó los discos de estudio A Momentary Lapse of Reason, en 1987; The Division Bell, de 1994; y The Endless River, en 2014, éste último, como un conjunto de tomas que sobraron en la grabación de The Division Bell.
Mason, Wright y Gilmour en 1994. Fuente: Cultura Colectiva
En 1987, con respecto a la lucha entre ambos, Gilmour diría a Rolling Stone que “(Roger) forzó su camino para convertirse en la figura central”, mientras Waters alegó que sus compañeros de banda no estaban realmente comprometidos con las canciones de la banda.
Además de eso, David declaró:
Después de que Syd Barret cambiara las cosas, Roger tomó las riendas del grupo convirtiéndose en un buen compositor para alcanzar la cima con Dark Side Of The Moon y The Wall. Pero Pink Floyd no es solo Waters. Roger decidió dejar la banda porque no quería sentirse atrapado en un grupo donde Nick, Rick y yo también queríamos tener poder para tomar decisiones. Por eso continuó su carrera musical tomando otro camino y dejándome a mí a cargo de la situación.
Lo cierto es que a pesar de los extraordinarios álbumes que lograron, unos que definitivamente cambiaron el rumbo de la historia de la música, entre ambos jamás existió una verdadera amistad, no obstante, dejaron sus diferencias de lado por una noche de 2005 para el evento Live Aid 8, donde la alineación clásica se volvió a reunir en un escenario en lo que fue calificado como un hecho histórico.
Aquel día, Roger Waters, David Gilmour, Nick Mason y Rick Wright ofrecieron un set de poco más de 20 minutos, marcando la última vez que Pink Floyd estuvo completo en un escenario; tras la muerte de Wright el 15 de septiembre de 2008, eso no se podrá ver otra vez.
En mayo de este año, Roger publicó un comunicado refiréndose a su disputa con David.