El escritor argentino Jorge Luis Borges decía que los espejos (igual que los laberintos, de los cuales creía que eran una versión sofisticada) son una metáfora de la perplejidad, la pulsión humana más primitiva, sensacional y asombrosa. Eso mismo genera la obra de la artista iraní Shirin Abedinirad.
Sus instalaciones son espejos en lugares inesperados para explorar nuestra relación con la naturaleza. Sus imaginativas creaciones han aparecido por todo el mundo -desde Italia hasta Australia e Irán- en diferentes formas, como una puerta abierta atrapada en la arena o un camino reflectante que atraviesa el desierto.
“Para mí, el uso de espejos es esencial para crear un paraíso”, explica Abedinirad en su página web. “Los espejos dan luz, un concepto místico importante en la cultura persa”.
Y cómo no. Si lo que nos distingue del resto de los animales es la conciencia autorreflexiva y la idea de uno mismo, justamente los espejos son la alegoría de ese brinco cuántico racional.
Su instalación Heaven on Earth consiste en una composición geométrica de espejos a lo largo de una escalera en Treviso, Italia. Su ingenioso posicionamiento nos da varias imágenes dispares -algunas transforman la forma en que nos vemos a nosotros mismos-, mientras que otras reflejan el cielo y el sol en un espacio de concreto gris.
Además de sus instalaciones de espejos estáticos, Abedinirad explora el arte interactivo en su cambiante escultura piramidal titulada Babel Tower. Esta instalación de espejos realiza diferentes movimientos dependiendo de su entorno.
Cuando se coloca en una ciudad, la torre de espejos reaccionará ante el público, y cuando se coloca en un entorno natural, se moverá según las condiciones meteorológicas.
“Esta instalación interactiva está dando una imagen transformadora del mundo descomponiéndolo en partes y recomponiéndolo en una nueva unión”, dice Abedinirad.
En uno de sus trabajos más recientes, Mirrored Ziggurat, una pirámide de espejos instalada cerca de la costa de Sidney, Australia, como parte de del festival Underbelly Arts Festival, busca conectar el cielo a la tierra (o viceversa, dependiendo de la perspectiva) para crear una inusual ilusión óptica desde el ángulo en que se vea.
Para esta instalación, Abedinirad se inspiró en la estructura piramidal de los Ziggurats, templos piramidales de la antigua Mesopotamia que conectaban el cielo y la tierra, cuyo propósito era convertirse en una escalera que acercara la naturaleza a los humanos y a la vez buscaba una unión con Dios.
La obra Mirrored Ziggurat busca esta trinidad, así como conectar al mudo actual con el mundo antiguo. Ofrece al espectador una transformación de sí mismo y de su papel con respecto a la Tierra y a lo etéreo. Los siete pisos de la pirámide hacen alusión a los siete cielos, los espejos crean una ilusión óptica que hacen que el paraíso se amplifique, trayendo la luz, un concepto de suma importancia para la cultura persa.
Además, la artista ha ganado participación en la moda, arquitectura, e instalaciones de arte, siempre defendiendo a través de sus obras los derechos humanos, la identidad y la historia.