El sillón F51, de Walter Gropius, fundador de la Bauhaus, es un clásico muy querido en el mundo del diseño. Ahora, el estudio emergente Katrin Greiling le ha dado una nueva vida.
Con este último proyecto, el taller analizó la historia del mueble alemán y las tradiciones artesanales a través de una lente contemporánea. El sillón de respaldo ancho y gran espacio recibió un radical cambio de imagen.
Recordemos que a principios del siglo XX surgieron en Europa diferentes movimientos cuyo propósito era generar transformaciones sociales a través del arte. Bajo esa premisa, en 1919, el arquitecto germano Walter Gropius fundó en Weimar, Alemania, una escuela que sería reconocida como la primera en la enseñanza del diseño, el arte y la arquitectura: la Bauhaus.
Por medio de formas simétricas, líneas rectas y volúmenes funcionales, este recinto sentó las bases de lo que sería la nueva arquitectura y creó objetos estéticamente compuestos, los cuales fueron realizados con la intención de ser vanguardistas, utilitarios y cómodos.
Uno de estos objetos fue el sillón F51, creado en 1920, debido a su disruptiva estética y funcionalidad dejó fascinado a sus usuarios.
Para la nueva versión del F51, Katrin Greiling demostró cómo repensar las superficies y colores de la silla icónica. Presenta el sillón en llamativas combinaciones de colores y texturas que cambian las perspectivas y llaman la atención.
Al hacer lo anterior le dio al F51 una nueva cara después de 100 años. Las telas que utiliza para este propósito fueron creadas por el diseñador de moda belga Raf Simmons para Kvadrat. Inspirada en la lana, la sarga y el tweed, la colección presenta texturas y colores que permiten una transición a los muebles contemporáneos.
Katrin Greiling dividió al sillón en tres áreas de diseño: marco, asiento y tapicería de los brazos. Presenta el distintivo marco geométrico de madera en seis nuevos colores realizados con una laca de alto brillo.
Para esta joven diseñadora, el color juega un papel crucial en todos sus diseños, y lo mismo ocurre con el F51, lo que nos fascina.