Pablo Rey es la esencia de la pintura porque está en el núcleo de su ser, y de lo que es y de lo que se ha desarrollado su obra y pensamiento.
De la pintura ha evolucionado todo su lenguaje artístico y estético a partir del cual crea su visión expresada en su obra.
Visto en su totalidad, y como tal sumamente interesante, muestra que lo que más le preocupa es la sinceridad en su pintura y por ello investiga distintas formas de expresión plástica buscando la forma purista de representarla, consciente de lo que significa ser un pintor en el siglo XXI.
La formación clásica que recibió junto a otro gran pintor, su padre, Gabino Rey, fue fundamental, ya que no solo le reveló el mundo oculto del color detrás de la forma y le enseñó a valorar la luz, sino que le animó a dedicarse por completo a la pintura.
Tras estudiar en la Universidad de Barcelona, su viaje a Nueva York representó realmente la apertura a una nueva vida; en sus palabras, fue un viaje que lo desnudó para dejarlo libre para sentir el mundo. Después de tres años volvió a Barcelona con suficiente visión propia como para seguir construyendo su propio universo.
Después de varios años sumergido en su práctica, ha demostrado que el eje central de su intención artística es presentar su pintura sin artificios, y de ahí surge su constante búsqueda y nace la creación.
La intención de despejar sus dudas lo ha llevado a investigar distintas formas de expresión dentro de un mismo lenguaje.
De este modo, en los espacios que crea, traza un camino que lleva los sentidos a través de múltiples perspectivas que giran alrededor de un mismo punto, dando vida a micro y macrocosmos que se unen en la metamorfosis de un espacio sin perspectiva pero que es capaz de expresar profundidad, no solo simbólicamente sino también en el sentido físico.
Las pinturas de Rey rastrean cada vez más la humanidad de las emociones; dentro de los límites de una subjetividad ineludible, está tratando de interiorizar la polifonía del ser para que la suya sea accesible a todos.
En su pintura, Pablo busca un espacio donde trascender lo puramente material, busca una conexión con lo espiritual. Esta idea del arte acercándose a lo divino nos hace creer que el arte está en todo y en todos los aspectos de la vida.
En esencia, la obra de Pablo Rey, por poderosa que sea, se presenta con la misma tenacidad que el propio artista a la hora de afrontar el reto de la pintura.
Lo vierto es que la grandeza del arte contemporáneo brota de una realidad interior y tiene la capacidad de crear algo sin tener que imitar nada de lo que se nos presenta, y por eso Pablo es un artista líder de la escena contemporánea de su pais.
Como ha dicho el mismo artista:
“A partir de la experiencia visual de esta realidad viva, en el acto de pintar, asumo la obra de manera automática y espontánea; de esta forma, no existe un guión que guíe el trabajo, el proceso de pintura es directo y rápido. Es como si en el momento en que estoy pintando hay una canalización de la realidad visual experimentada hacia el lienzo; el objetivo es transformar esta realidad en pintura”.