Ha pasado medio siglo desde que el personaje que convirtió a David Bowie en una estrella intergaláctica revolucionó al rock, con su estética sexual neutra y promotor de la equidad identitaria.
Ziggy Stardust fue el primero de los alter-egos de Bowie. Surgió con el álbum The rise and fall of Ziggy Stardust and the spiders from Mars, en 1972. Hace medio siglo, nada menos. Ziggy era una estrella de rock intergaláctica, enviada a este planeta para salvar al mundo del Doom’s Day.
A lo largo del setlist del LP, Stardust evoluciona hasta convertirse en una famosa figura de culto en la Tierra, quien por su propia fama, arrogancia y banalidad se suicida. Lo dice la canción del álbum: Rock and Roll suicide.
En este disco se podía respirar el estilo rudo de Iggy Pop y Lou Reed –grandes influencias que Bowie había conocido en Nueva York–, el teatro y la interpretación que había estudiado en Londres, así como los estilos salvajes y andróginos de los clubes gay clandestinos que frecuentaba.
David Bowie inventó Ziggy Stardust, el alter ego que cambió la música para siempre. Foto: Rolling Stone
Así apareció su primer gran alter ego: Ziggy Stardust, una estrella de rock alienígena pansexual que llegaba del espacio exterior. Este personaje alimentó el hambre que existía en la cultura pop por alcanzar algo radical e impactante después de demasiados años de hippies y veranos del amor.
"No queríamos tener nada que ver con los años sesenta", dijo Bowie en una entrevista años más tarde. "Estábamos decididos a que estábamos a principios del siglo XXI. Queríamos acabar con todo lo que pasó antes".
Uno de los momentos más cruciales en la carrera de Bowie fue la entrevista que concedió a la revista británica Melody Maker unos meses antes del lanzamiento del disco.
"Soy gay y siempre lo he sido, incluso cuando era David Jones", dijo, resplandeciente con su pelo rojo. Fue un hito en la representación: la primera gran celebridad en salir del armario, cinco años después de que la homosexualidad fuera despenalizada en Gran Bretaña. Pronto, esta declaración lo convertiría en un icono, brindando un auténtico salvavidas psicológico para generaciones de niños.
Los espectáculos que ofreció rápidamente cambiaron en forma y fondo: múltiples cambios de vestuario y un arco narrativo. Sin embargo, muy poca gente lo entendió al principio, eran realmente pocos los asistentes a los primeros conciertos de Ziggy.
Una aparición en el legendario programa de la BBC Top of the Pop, seguida de una gira estadounidense, cambió todo eso, y el despliegue de producción y espectáculo de Bowie hicieron que ocupara el lugar que merecía en el glam-rock. Muy rápidamente, el Duque Blanco se convirtió en uno de los artistas definitorios de su generación.
Bowie “mató” a Ziggy Stardust en un concierto en Londres, para dar vida a su siguiente yo: Aladdin Sane.
“Hubo un momento, en 1973, en el que supe que todo había terminado. No quería quedar atrapado en el personaje de Ziggy toda mi vida”, dijo Bowie a la revista Rolling Stone.