Lindsay Kemp: el controvertido mentor y amor de David Bowie

03 de Mayo de 2021 a las 12:27 hrs.
"Bowie tenía un gran talento como mimo", decía Kemp. Fuente:lindsaykemp.eu

 

En noviembre de 1970 apareció The Man Who Sold the World, el tercer álbum de David Bowie, que de portada lo mostraba recostado en un diván, portando un vestido de seda azul, una larga melena, y su cara sin maquillaje, unido a la declaración de bisexualidad que había anunciado poco tiempo antes de la develación de su trabajo, considerado, por cierto, una de las mejores aportaciones al hard rock y su presentación estelar como músico y figura de la escena.

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En un principio, The Man Who Sold The World se lanzó a través de Mercury Records en noviembre de 1970 en Estados Unidos, y en abril de 1971 en el Reino Unido. Fuente: Mercury Records, Universal.

 

Detrás de aquella proclamación y expresión que le otorgó tantos éxitos y aceptaciones como objeciones en los años por venir estaba el nombre de Lindsay Kemp, un bailarín, coreógrafo y mimo británico, nacido el 3 de mayo de 1938, que traspasó los límites de su arte y el de todos los que se atrevió a emprender, convirtiéndose en una inspiración para dos de los músicos más importantes de la década de 1970 e innumerables bailarines gracias a su trabajo lleno de pasión, verdad, y en algunas cuestiones, de sufrimiento.

Y es que ambos se conocieron en 1966 después de una actuación de Lindsay en Covent Garden cuando Bowie tenía 19 años y consideraba abandonar la música y unirse a una hermandad de monjes tibetanos en Escocia. Esa idea la olvidó rápido cuando se convirtió en alumno y amante de Kemp, que vivía en Bateman Street, Soho, y que sin duda le ayudó en la búsqueda de su identidad y formación educativa, musical y teatral.

Además, de esto, Kemp otorgó a Bowie la inspiración teatral para aparecer como quería durante una de las facetas más determinantes de su carrera y su vida personal, enfundado en un vestido azul, y luego para el nacimiento del personaje más determinante que se le recuerda a Bowie: Ziggy Stardust, producto de una noche en agosto de 1972 en el teatro Rainbow de Finsbury Park.

Para esa presentación, Kemp coreografió una rutina fantástica de dos horas con su grupo de artistas de mímica que hilaron referencias a A Clockwork Orange y al constructivismo de la década de 1920, Korniloff diseñó los cambios de atuendo mientras Bowie desató a Ziggy.

Roxy Music fue el acto de apoyo; Mick Jagger, Rod Stewart, Alice Cooper, Lou Reed y Elton John estaban entre el público. Fue el comienzo de Bowie en la cima de las listas durante dos años, con lo que la forma de trabajar el escenario en el rock and roll se trasnformó para siempre.

 

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La muerte de Lindsay Kemp fue a causa de insuficiencia cardíaca y pulmonar. Fuente: Lindsay Kemp Sitio Oficial.
 

"Ziggy Stardust puso el glam rock, el rock gay y el rock teatral en el mapa", dijo Kemp en una entrevista para The Guardian. “Fue la primera vez que vimos este matrimonio entre el teatro y el rock, particularmente mi tipo de teatro." Y sí, años más tarde, grupos como Genesis y Pink Floyd estaban adoptando estas formas.

Los años de 1970 y 1980 fueron de fama considerable y riquezas. Lindsay Kemp presentó Flowers, su adaptación de la novela Our Lady of the Flowers de Jean Genet, el escritor que a su vez inspiró a Jean Genie de Bowie. En los años por venir, su trabajo se trasladó a Broadway, donde se codeó con Andy Warhol y otras figuras de la época, aunque también padeciendo los efectos de no tener subsidios y destinar el dinero, como dijo, a vestuario, escenografía y cocaína.

Contrario a lo que pensaba Lindsay, esto no duró para siempre. Ambos artistas continuaron su trabajo aunque cada vez más lejanos entre sí.

"Sí, fue uno de mis grandes amores", dice Kemp sobre Bowie. “No ha habido muchos. Conté el otro día y creo que fueron cinco. Entonces creo que fue un gran amor, aunque creo que un gran amor duraría un poco más. En fin ¡Lo superé!"

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Lindsay Kemp y David Bowie (1968). Foto: Lindsay Kemp

 

Lindsay Kemp, un mimo que no deja de hablar

 

Marcel Marceau, un artista que influenció a Kemp, decía "No hagas hablar a un mimo, no se detendrá", una misión fallida con Lindsay, que tras años en el rock, batallas con las drogas y tensiones mentales, se dedicó al escenario, a una películas en Hollywood, y a la docencia.

Cuando enseñaba a bailar, decía a los estudiantes que en parte los instruiría en la técnica, pero que sobre todo les pedía que desataran su imaginación. Eso fue ciertamente el caso de Bowie y Kate Bush, otra de las cantantes que adoptaron su enseñanza. "Les ayudé a ser ellos mismos, a sacarlos a relucir su espíritu, así como a enseñarles a bailar (...) los guié por el camino de la locura. ¡Pavimento loco! Quiero decir, en el escenario uno necesita ver al personaje realmente coqueteando con la muerte y tomando riesgos extremos que solo los locos harían".

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