Las obras más conocidas de Lourdes Castro utilizaron siluetas, ya sea imprimiendo plantas en papel sensible al sol o dibujando los contornos de figuras en las paredes.
En su obra, la pintora portuguesa recurrió al fauvismo y la abstracción lírica para encontrar su propia expresión específica a principios de la década de 1960.
Después de estudiar pintura en la Escuela de Bellas Artes de Lisboa, en 1957 Lourdes se fue de Portugal a Múnich, y ahí, rápidamente comenzó a utilizar el procedimiento de proyección de sombras y creó retratos de sus amigos y conocidos, primero en pinturas y serigrafías sobre diversos materiales, y luego en objetos utilizando las características fóticas de una sola capa o varias capas de plexiglás.
Creó sus primeros ensayos de serigrafía en 1962 y concibió libros y collages. Captar la evanescencia de la realidad, que es por esencia efímera e intangible, fue desde entonces y hasta el final el tema de la vida del artista.
Antes de comenzar a trabajar con siluetas, creó un estilo conocido como abstracción lírica, que surgió durante el período de posguerra, y estuvo involucrada con el grupo de artistas KWY.
Siguiendo el ejemplo de movimientos como Nouveau Réalisme, Fluxus y Letrism, el grupo buscó reconciliar la creación artística con la necesidad de un cambio social.
Su proyección artística comenzó cuando mostró obras realizadas con ese movimiento en la Bienal de París de 1959, y a partir de entonces, pronto, se dedicó al collage, reuniendo cosas y colocándolas en cajas plateadas.
No fue hasta mediados de la década de 1960 que comenzó a realizar obras basadas en las siluetas de sus amigas, a menudo pintadas sobre plexiglás o bordadas sobre textiles.
Fascinad por el simbolismo del doble, Lourdes se interesó por los juegos de sombras, que se hicieron populares en la Europa del siglo XVIII. De este modo, colaboró con Bértholo, de quien se divorció en 2005, y más tarde, con el artista Manuel Zimbro, su pareja de toda la vida, para crear obras de teatro de sombras utilizando un telón, algunas luces y su cuerpo.
Dichas actuaciones involucraron a Castro de pie detrás de una cortina, trazando su propia sombra, y así fue se convirtió en el pincel oficial de las siluetas.
Tras una larga carrera y numerosas exposiciones, recibió una beca de la Fundación Calouste Gulbenkian, y con la revista experimental KWY, trabajó junto a Christo, Jan Voss y artistas portugueses como Costa Pinheiro, José Escada, Gonçalo Duarte y João Vieira.
Sus obras se hicieron más ambiciosas a medida que avanzaba su carrera, y hacia el final de su vida, consideró la parcela de tierra donde vivía en Madeira un lienzo del que fue coautora con la naturaleza.
Lourdes Castro, la destacada artista portuguesa conocida por sus semiabstracciones a partir de siluetas, falleció a los 91 años.