¿Quién podría crear como su alter ego a un personaje plasmado en grafiti, de rostro de bebé envejecido y usando gorros con formas de animales con orejas, pelaje y un tercer ojo a mitad de la frente, y postrado en poses de meditación?
Alguien con la necesidad de hablar de su entorno desde un punto de vista que no reviva el dolor de ver la desigualdad, pero que la ilustre. Un Benjamin Button con conciencia social urbana de las calles de Bangkok, Tailandia. Él es Axel Face.
Patcharapol Tangruen, también conocido como Alex Face, es un artista de grafiti muy reconocido en Tailandia. Estudió arquitectura en el Instituto de Tecnología King Mongktut de Bangkok. Obtuvo una licenciatura en un Departamento de Bellas Artes y Artes Aplicadas.
El interés por la arquitectura llevó a Alex Face a explorar y pasear por las calles y callejones de Bangkok en busca de edificios abandonados, edificios que finalmente usó como lienzo para desarrollar su arte callejero y donde podía expresarse.
Luego creó Alex Face, un personaje con el rostro de un niño desilusionado y envejecido vestido con disfraces de animales. A través de sus grafitis, Alex Face intenta especialmente crear un vínculo con la población urbana, los desfavorecidos de Bangkok y las provincias.
Ahora incluye imágenes de pingüinos que desde entonces se han hecho famosos en sus grafitis. Alex se considera un artista con conciencia social.
Su firma actual –un bebé fumador burlón que a primera vista parece sabio más allá de su edad– lindo, pero todo el tiempo preocupado por el futuro del mundo. La idea del bebé se inspiró en el nacimiento de su hija.
'Mardi' es el nombre de ese personaje arquetípico de Axel Face, y llegó a su imaginario creativo cuando se convirtió en padre en 2009, ya que estaba preocupado por el mundo en el que crecería su hija.
“La primera vez que la vi parecía enojada o preocupada. Pensé, ¿no estás feliz de ser mi hija? ¿No eres feliz de estar en el mundo?”
“Las criaturas en blanco y negro representan los símbolos del yin y el yang de una manera hilarante y moderna, ofreciendo una nueva lectura de este amplio concepto sobre colaboración y resolución de conflictos que pretende acomodar a todos los participantes”, señala el artista.
En última instancia, este evento personal que cambió su mundo, hizo que Alex considerara el futuro y, en particular, hiciera un balance de los cambios que estaban ocurriendo en su propio país, el país en el que ella crecería.
“Creo en el espíritu, así crecí, siento el espíritu”, dice respecto al tercer ojo de su personaje.
El tercer ojo en sus dibujos representa otra dimensión “es algo que podemos sentir pero no podemos ver con dos ojos, así que agrego el tercer ojo que puede ver lo que nosotros no podemos”.