Las influencias e ideas detrás de las complejas y coloridas pinturas abstractas de Candida Alvarez van desde la historia del arte hasta su rica herencia puertorriqueña y las observaciones de su entorno cotidiano, y es una mujer fascinante ya que toda su historia ocupa el mismo espacio en el lienzo.
Al incorporar patrones y paletas cotidianas con abstracción formal, Álvarez equilibra delicadamente la abstracción y la representación.
Más cuidadosamente planificadas que gestuales, las composiciones de sus pinturas aún conservan una sensación de movimiento, desde el movimiento de las personas en la acera de Brooklyn hasta el movimiento de las palmeras meciéndose con la brisa tropical. Los colores exuberantes y vibrantes se superponen con superficies planas contrastantes y profundidades que se mueven entre la abstracción de bordes duros y la pintura de campo de color fluido.
Fuente: Monique Meloche Gallery
Candida nació en Brooklyn en 1955 como la hija de padres que habían llegado de Puerto Rico dos años antes. Creció en las Casas Farragut y obtuvo un BFA de la Universidad de Fordham en 1977, luego estudió en la Escuela de Pintura y Escultura Skowhegan en 1981 y obtuvo su MFA de la Escuela de Arte de Yale en 1997. Posteriormente estudió en la Escuela Europea de Graduados en Saas-Fee, Suiza de 2010 a 2012.
Álvarez es una pintora conocida por su combinación compleja y vibrante en capas de formas abstractas y figurativas ricas en referencias al arte pop, histórico y moderno, incorporando noticias mundiales y recuerdos personales. Muchas de sus pinturas emplean siluetas y colores llamativos, y muestran una fascinación por la estética de los dibujos animados, el kitsch y lo hecho a mano.
A través de los años, las obras de Álvarez han incluido esculturas, collages, abstracción y figuración, con materiales tan diversos como tela, pintura acrílica, esmalte, galkyd, en varios soportes, desde lienzo hasta servilletas de tela y vitela.
De acuerdo a varios críticos de arte, los momentos e identidades actuales e históricos se fusionan en el lienzo de Álvarez, produciendo un estado híbrido de territorio desconocido. Con ese sentimiento, su pintura ha sido incluida en algunos de los museos más importantes del mundo.
A lo largo de su carrera, Álvarez ha encontrado una manera de innovar y hacer un trabajo significativo en un campo donde la apreciación del público y la popularidad a menudo llegan demasiado tarde para que la artista pueda disfrutarlas.
Y hoy día, desde su estudio en Michigan, con 65 años de vida y con el mundo a su alrededor, sigue dando increíbles contribuciones al arte, y no hay duda de que seguirá dejando su huella.
“No he sido un artista solicitado en toda mi vida”, explicó Álvarez. “El reconocimiento ha venido llegando lenta pero constantemente, sin expectativas durante más de 40 años de una relación comprometida con la pintura y el dibujo dentro de un entorno de estudio. Estoy agradecido de tenerlo conmigo ahora, para que me haga compañía mientras sigo en mi camino con salud”.