El artista italiano Francesco Camillo Giorgino, mejor conocido como Millo, pinta murales a gran escala que suelen mostrar a personas amigables que se encuentran explorando, de formas bastantes ocurrentes, su entorno urbano.
Este artista suele utilizar líneas simples en blanco y negro, con algunos toques de color, cuando es necesario y, muy a menudo, incorpora elementos arquitectónicos en sus imponentes creaciones que suelen ocupar varios pisos.
Sus imaginativos murales, los cuales resultan sumamente especiales, llaman muchísimo la atención debido a que no solo cuentan con una excelente técnica, sino realistas dibujos.
Vale la pena subrayar que el fuerte elemento arquitectónico en las obras de Millo podría estar enraizado en el hecho de que por varios años estudió arquitectura. Lo anterior explica su agudo sentido del espacio y su habilidad para llenar, sin mayor complicación, cualquier fachada con diseños de formas tan perfectas.
Millo no planeaba convertirse en artista, solo le gustaba pintar. Sin embargo, por azares del destino, el arte urbano se convirtió en su profesión.
Sus imponentes creaciones, que suelen encontrarse ubicadas en sitios residenciales y comerciales, resultan fantásticas debido a que puebla sus mundos creativos con figuras gigantescas e infantiles que juegan con teléfonos improvisados, bloques de construcción, grullas de papel y trenes, entre otras muchas cosas.
A veces tímidamente surrealistas, otras veces al borde del terror, sus diseños parecen una fusión entre el arte urbano de los hermanos brasileños Os Gemeos con el mundo en blanco y negro del novelista gráfico Yumi Sakugawa.
Gracias a su ya tan afianzado (y aceptado) estilo es que Millo ahora puede trabajar como un artista de tiempo completo que suele mostrar sus obras en exposiciones individuales y colectivas, además de que suele participar en festivales de arte urbano en toda Europa, como Vilnius Street Art en Lituania, el festival Muraliza en Portugal, Heerlen Murals en los Países Bajos y Urban Myths en Belarús.
Sus obras pueden ser apreciadas en su país de origen, que es Italia, siendo Florencia, Roma, Milán y Bolonia los puntos en los que más suele trabajar, pero también uno puede encontrar sus murales en París, Francia; Londres, Reino Unido; Luxemburgo; y Río de Janeiro, en Brasil.