Gottfried Mind nació en Suiza en el año de 1768 como el hijo de un carpintero, pero era un niño enfermizo con una constitución débil, y también autista.
A una edad temprana, Gottfried mostró talento para el dibujo, pero su padre creía que el único medio con el que valía la pena trabajar era la madera. Le daría a su hijo piezas de madera, y de hecho, el joven Gottfried se convirtió en un tallador talentoso. Sus ovejas y vacas en miniatura eran populares entre los lugareños, que las exhibían en sus repisas de chimenea. Sin embargo, la verdadera pasión de Gottfried era dibujar, actividad que no tenía tan permitida.
Cuando tenía nueve años, Gottfried conoció a un paisajista llamado Lengel y copió algunos dibujos de animales que el artista le mostró.
Fuente: The Great Cat
Desde una edad temprana, el trabajo de Gottfried mostró una habilidad inusual, pero a su padre le gustaba la madera y pensó que tallar era más valioso que dibujar o pintar, por lo que se negó a dejar que el niño tuviera papel para dibujar.
Con el fin de que se pudiera distraer y encontrar otras pasiones, Gottfried fue enviado a la escuela, donde permaneció solo un año y medio, donde el director de la escuela señaló que Gottfried era niño era “incapaz de cualquier trabajo exigente, pero lleno de talento para el dibujo, especialmente las criaturas de Dios, que plasmó con caprichos artísticos y con algo de ingenio”.
Cuando regresó a Berna, Gottfried se volvió, gracias al aval de su padre, en aprendiz de un pintor y grabador llamado Freudenberg, conocido por sus grabados de escenas de pueblos suizos. A cambio de alojamiento y comida y un poco de dinero, Gottfried coloreó a mano los grabados de su maestro, y es que la impresión en color en el siglo XVIII era costosa, por lo que una práctica común era imprimir en blanco y negro y luego hacer que los aprendices aplicaran color a las impresiones.
En esos años, viviría en la casa de Freudenberg hasta su muerte en 1814.
No fue hasta la muerte de Freudenberg en 1802 que Gottfried tuvo la oportunidad de producir su propia obra original, ya que la viuda de Freudenberg necesitaba dinero y animó al aprendiz a trabajar en dibujos y acuarelas originales. Así lo hizo, concentrándose no en las escenas del pueblo sino en sus temas favoritos, los gatos.
Al principio cobraba a los compradores según el número de animales representados en una obra. La viuda de Freudenberg, sin embargo, fue más astuta y cobró más por el trabajo de Gottfried. A medida que el artista se hizo conocido, varios impresores y grabadores publicaron carpetas de sus dibujos, ganando dinero para ellos pero no para Gottfried.
¿Por qué gatos? Bueno, según algunos relatos, la apariencia inusual de Gottfried hizo que la gente le temiera y la interacción humana era difícil. Pero a los gatos no les importaba cómo se veía, no les importaba que no fuera del todo "normal". Le gustaba tener un gato en su regazo o en su hombro, y como es costumbre de un verdadero amante de los gatos, se quedaba en una posición incómoda para no molestar a un gato cómodo.
En las horas que pasaba en compañía de los gatos, la apariencia de los felinos se grabó tanto en su cerebro que más tarde pudo dibujar o pintar a los animales de memoria.
Mientras se sentaba a pintar, generalmente se podía ver un gato sentado sobre su espalda o sobre su hombro; muchas veces mantuvo, durante horas, las posturas más incómodas, para no molestarlo. Con frecuencia había un segundo gato sentado junto a él en la mesa, observando cómo se desarrollaba el trabajo; a veces uno o dos gatitos descansaban en su regazo debajo de la mesa.
Lamentablemente, Gottfried Mind sufría de un “trastorno creciente en su pecho” que provocó su muerte en 1914, a la trágicamente joven edad de 46 años.