Cuando echamos una mirada al cine nacional, es indudable que la personalidad del cine mexicano es incomparable en América Latina.
Es cierto que la industria ha tenido momentos polémicos en la historia, subidas y bajadas con comedias baratas, pero lo que se produce cinematográficamente en el país han sido películas de culto y producciones cinematográficas que han adquirido alguna clase de culto popular, ya sea por su formato, su producción, su trama o su significado histórico.
Por ejemplo, la Época de Oro, específicamente, nos muestra un pequeño umbral hacia el México de los años de la Segunda Guerra Mundial y su notable influencia en el cine hollywoodense, mismo que en ese momento se encontraba en el esplendor del "culto al actor", y no precisamente al género o a la industria cinematográfica.
Los Caifanes. Fuente: Monterrey Rock
Fue de hecho, la importancia de "crear estrellas para atraer público a las salas", lo que engendró la popularización de los medios de entretenimiento en México, dando vuelo a artistas como Agustin Lara, Jorge Negrete, María Felix, Dolores del Río y Pedro Infante, que se inmortalizaron gracias a sus maravillosas personalidades que destacaron por encima de sus propios directores.
En parte es la razón por la cual conocemos más actrices y actores que directores o productores de cine nacional.
Al final de todo, México tiene una extensa lista de películas de "cine de oro" consideradas como sus más grandes tesoros culturales, la mayoría incluso, las hemos visto por accidente en la televisión o las conocemos por herencia de nuestros padres y abuelos.
Sin embargo, para ya no tener que encontrarlas "casi sin querer", acá te presentamos nuestra lista definitiva de cinco películas mexicanas de culto; algunas altamente surrealistas, otras: eclécticas, caóticas, fantásticas y de horror, pero todas son dignas de tu tiempo.
"Los Caifanes" (1960) – Juan Ibáñez
Mágica, surrealista, bohemia, pícara y emotiva, así es la película mexicana “Los Caifanes”, filme dirigido por Juan Ibáñez estrenado en 1967. Es la cinta que representó un cambio notable en la forma de hacer cine en nuestro país.
Protagonizada por Sergio Jiménez (“El Gato”), Óscar Chávez (“El Estilos”), Eduardo López Rojas (“El Masacote”) y Ernesto Gómez Cruz (“El Azteca”), todos ellos actores de teatro desconocidos en los círculos profesionales, la película rompió con lo convencional, tanto en la temática, como en el guión, en la fotografía y en un punto muy importante: darle oportunidad a actores desconocidos de ser los protagonistas.
Uno de los puntos que más destaca de esta película es su guion, ya que fue elaborado por el mismísimo Carlos Fuentes.
Tocando temas sociales, políticos y hasta religiosos en medio de algo cercano a un "roadtrip" dentro de la Ciudad de México, "Los Caifanes" es una película que se mantendrá vigente, pues retrata al chilango de forma impecable.
"La Sombra del Caudillo" (1960) – Julio Bracho
"La Sombra del Caudillo" es la mejor obra literaria que produjo la Revolución; aquí no hay anecdota, hay historia que se presenta en el panorama urbano y político con sus aguas turbias, tan turbias que semejan lodo.
La Revolución Mexicana es uno de los temas más importantes de la literatura mexicana, y parece que Bracho intentó hacer que en el cine el tema principal fuera la vida nacional después de la Revolución, pero no contaba con que la gente en el poder podía no estar de acuerdo con él.
Altamente crítica en contra del gobierno, pues demostraba (con nombres distintos) cómo fue la sucesión presidencial tras la revolución, es una de las películas más importantes del cine nacional, tanto por su modo de producción como por lo que significó la Revolución Mexicana.
La cinta se mantuvo oculta y se convirtió en un secreto a voces durante 30 años.
La idea llegó a Bracho desde los años treinta y logró filmarla en 1960, pero debido a que "generaba una falsa visión de México y sus instituciones"; la película vio la luz hasta 1990.
"Gangsters contra Charros" (1948) – Juan Orol
"Gángsters contra charros" narra la llegada de Carmenta a un pueblo dominado por el Charro de arrabal Pancho Domínguez, con el que entrará en disputa (en conjunto con sus respectivos bandos) por los amores de Rosa, esposa del charro.
La película, hoy considerada como una de las joyas del cine mexicano de la época de oro, aunque se centra en una trama de acción y suspenso, puede ser vinculada sin mayor problema con el cine surrealista característico de Luis Buñuel.
Los mejores directores del cine mexicano siempre son aclamados, pero los peores también han logrado pasar a la historia por sus extrañas aportaciones al cine, uno de ellos es Juan Orol. Considerado por muchos como el "Ed Wood mexicano", el director gozó de popularidad y éxito comercial, pero era la pobreza de sus tramas y las malas actuaciones las que le daban un sabor especial a sus cintas.
En la función, un triángulo amoroso se desenvuelve entre un charro, un gangster y una mujer; aunque la acción a veces puede ser risible, también ha hecho que sea considerada una de las mejores cintas mexicanas.
"El Ángel Exterminador" (1962) – Luis Buñuel
En esta película, un grupo de amigos de la alta sociedad son invitados a una mansión para cenar y se encuentran inexplicablemente incapaces de irse.
En la atrevida obra maestra de Luis Buñuel, El ángel exterminador, realizada solo un año después de la sensación internacional del director, Viridiana, esta película, llena de inquietantes y cómicos absurdos, continúa el malvado derribo de los rituales y dependencias de las frívolas clases altas por parte de Buñuel.
De la obra de Buñuel destaca la manera en que el director español maneja progresivamente la mutación a través de diálogos y sucesos tragicómicos, resultando realmente maravilloso.
Junto con la forma en la que la cámara distribuye las escenas en 360 grados dentro de esas cuatro paredes imposibles de abandonar, esta película sumamente surrealista se divide constantemente entre la angustia frente a lo inexplicable y la incongruencia con la que se comportan los individuos.
¡No te la pierdas!
"Fando y Lis" (1968) – Alejandro Jodorowsky
"El Topo" se convirtió en un clásico aclamado por la crítica internacional y hasta por John Lennon, pero antes de ella estuvo "Fando y Lis".
Con la misma carga simbólica, pero narrando una extraña odisea digna del teatro de lo absurdo, esta película llevó a Jodorowski a ser considerado uno de los artistas promesa del siglo XX, pero también enfureció a gran parte de la industria del cine en México quienes buscaron vetar la cinta y hasta correr al director del país.
Al final de todo, es un obra surrealista realizada en blanco y negro basada en la pieza de teatro homónima de Fernando Barrabal que se conduce entre los cánones clásicos del llamado “teatro del absurdo”.
Fando y Lis, advierte el propio director, es una metáfora cruda y poética de la crueldad, la soledad y la incomunicación humana.