Margaret Bourke-White es recordada por sus implacables fotografías de algunas de las innovaciones, conflictos y calamidades más importantes del Siglo XX.
Fue la primera mujer corresponsal de guerra del mundo, la primera fotógrafa occidental a la que se le permitió la entrada en la Unión Soviétiva y la primera fotógrafa de plantilla de la revista LIFE, de Henry Luce.
Bourke-White es la autora de la famosísima imagen de portada inaugural que representaba la construcción de la represa Fort Peck y su enorme compuerta que se cierne sobre los trabajadores como un megalito súper moderno.
Esta mujer, que abrió paso a muchísimas otras en la industria de la fotografía, nació en el Bronx de Nueva York el 14 de junio de 1904 y resulta que logró convertir su gran pasión en su principal actividad mientras estudiaba en la Universidad de Cornell.
La Estatua de la Libertad, fotografiada por Bourke-White desde un helicóptero, 1952. Fuente: LIFE
Dicha institución educativa resultó crucial en la vida profesional de Margaret Bourke-White debido a que encontró gran inspiración en su espléndida (e inigualable) arquitectura neogótica, cascadas glaciares y que además le brindó su primer trabajo remunerado fotografiando portadas escénicas para su revista, Cornell Alumni.
Tras graduarse en 1927, se mudó a Cleveland, Ohio, y estableció un estudio fotográfico comercial. Sus imágenes de la acería Otis, iluminada por una luz de bengala especial para evocar el resplandor del metal fundido, atrajeron la atención nacional a su trabajo y no mucho tiempo después la revista Fortune le hizo una atractiva oferta para que se sumara a su equipo.
Se desempeñó como fotógrafa del personal de dicha revista hasta 1936, cuando se trasladó a LIFE. Además de su histórica portada sobre la represa de Fort Peck, sus contribuciones en este último medio incluyeron la toma que definió una época de las víctimas afroamericanas de la inundación haciendo cola cansadamente frente a una inmensa cartelera que proclamaba con orgullo: "No hay camino como el camino estadounidense".
Durante la Segunda Guerra Mundial, Bourke-White fue la primera mujer a la que se le permitió ingresar a las zonas de combate, algo histórico en aquella época.
Sobrevivió por poco a los disparos de torpedos en el Mediterráneo, los bombardeos en Moscú y el accidente de un helicóptero en la bahía de Chesapeake antes de viajar a Alemania para capturar la liberación de Buchenwald.
Años después logró registrar visualmente la tumultuosa partición de India y Pakistán y se sentó con Mahatma Gandhi unas horas antes de que fuera asesinado.
Desafortunadamente en 1953 comenzó a experimentar los síntomas de Parkinson, por lo que tuvo que desacelerar considerablemente su ritmo de trabajo y no muchos años después, el 27 de agosto de 1971, falleció en Stamford, Connecticut.
Las fotografías de Bourke-White se pueden encontrar en instituciones tan importantes como el Museo de Brooklyn, el Museo de Arte de Nuevo México, Santa Fe y el Rijksmuseum de Ámsterdam.