Gala significó para Salvador Dalí más que su madre, más que su propia obra y su obsesión por el dinero y el oro.
Cuando su gran musa falleció, en 1982, el pintor dispuso la construcción de una cripta con una doble sepultura en el Castillo de Púbol, en Girona, España.
Se dice que dos tumbas serían unidas por debajo para que los ocupantes, es decir, Gala y Salvador, pudieran tomarse de la mano.
Gala descansaría bajo la lápida derecha, mientras que la izquierda recibiría algún día el cuerpo de Dalí.
Salvador Dalí y Gala. Fuente: Vanity Fair
Pero ese día nunca llegó, porque, tras la muerte de Salvador Dalí se tomó la decisión de enterrarlo en el museo que lleva su nombre en Figueras.
Esta anécdota muestra la devoción y gran amor que el artista tenía por Gala. A pesar de que ella era 10 años mayor que él, formaron un matrimonio ideal.
Se cuenta que frente a ella no se podía mencionar el nombre de Federico García Lorca, por obvias razones. Lo curioso es que Gala no solo logró que Dalí prácticamente desconociera a Lorca, sino que también hizo que cambiara incluso sus ideas políticas.
De alguna manera, Dalí le cedió todo a Gala para que ella lo controlara, pero esto no impidió que él tuviera entre 1965 y 1975 a Amanda Lear como compañera y fuente de inspiración inagotable.
Dicen que estos se conocieron en una pasarela que Paco Rabanne llevó a cabo en 1965 y lo que cautivó al surrealista fue que Lear hablaba libremente en aquella época que era una mujer trans, algo poco común en aquella época.
Fue tal su vínculo que Amanda cohabitó con Salvador y esto fue aprobado por la propia Gala. Los tres compartieron viajes por el mundo y los veranos en Cadaqués. Todo indica que los tres se comprendían a la perfección y no dejaron entrar a nadie más en su inusual relación.
Hay muchas versiones de quién era antes de convertirse en Amanda Lear, pero lo que sí está claro es que en 1977 lanzó su primer álbum disco y también decidió posar desnuda para la revista Playboy para desmitificar su relación con Salvador Dalí.
Amanda Lear y Salvador Dalí. Fuente: Vanity Fair
En aquel entonces su música funcionaba perfectamente dentro del contexto de la música disco que había nacido como fenómeno en los clubes gay underground de Nueva York, logrando masificarse en poco tiempo y convirtiéndose en un gran éxito.
Amanda Lear, siempre de la mano de Dalí, fue probablemente la primera transexual capaz de convertirse en una de las modelos más famosas del mundo, amante de grandes estrellas de la música como David Bowie y una diva indiscutible de la música disco.