Las imágenes que la fotógrafa italiana Letizia Battaglia capturó a lo largo de toda su carrera son el mejor ejemplo de que incluso, dentro de los peores momentos de nuestra vida, siempre habrá belleza.
Su carrera como fotoperiodista inició en 1971, pues necesitaba mejorar la viabilidad comercial de sus artículos.
Así, sin ninguna duda, Battaglia se convirtió en la primera mujer fotógrafa de un periódico italiano. Ella estaba haciendo historia, pero las imágenes en blanco y negro que habría de capturar en las siguientes décadas también lo harían.
En 1974 fue cuando Letizia comenzó a fotografiar los crímenes de la mafia siciliana, mejor conocida como la Cosa Nostra, pese haber recibido decenas de amenazas de muerte. Eventualmente se convirtió en la Directora de Fotografía de L'Ora, el diario de izquierda de Palermo.
De alguna forma, una que solamente Letizia Battaglia podía hacerlo, capturó a la vida y a la muerte en escenas que parecían haber salido de películas de horror, aunque todas ellas formaron parte de la vida diaria de cientos de italianos.
Antes de que L'Ora se viera obligado a cerrar su operación en 1990, Letizia, junto con su asistente y socio Franco Zecchin, logró capturar decenas de escenas del crimen que constituían la cara más cruel y cruda de la mafia siciliana.
Battaglia produjo alrededor de 600 mil imágenes para dicho periódico, y a veces llegó a fotografiar hasta cinco escenas de crímenes en un solo día.
Si bien el archivo de Letizia Battaglia es venerado por su importancia histórica, también resulta crucial ya que todas las imágenes que tomó son consideradas como evidencia de la actividad de la mafia.
En 1985 se convirtió en la primera mujer europea en recibir, junto a la estadounidense Donna Ferrato, el Premio Eugene Smith de Nueva York, un homenaje internacional creado en memoria del célebre fotógrafo de Life.
Si te interesa conocer más sobre la vida de esta extraordinaria artista, quien falleció el 13 de abril, te recomendamos ver el documental Shooting the Mafia, dirigido por Kim Longinotto y que fue presentado en 2019 en la Berlinale.