La escritora colombiana Laura Restrepo forma parte de una tendencia literaria en la que se renuncia a la conmoción de la calle, de lo externo, para apostar a la interiorización del conflicto a través de sus complejas novelas.
En 1986, Restrepo publicó su primer libro, Historia de un entusiasmo, donde relata su experiencia como Comisionada de Paz entre el gobierno del Presidente Belisario Betancur y el M-19, organización revolucionaria y guerrillera de carácter urbano en Colombia.
En dicho libro la escritora narra cómo un proceso de paz terminó en un baño de sangre debido a que mataron a la mayoría de los guerrilleros que fueron indultados, por lo que los comisionados de paz, lo que la incluyó, la pasaron muy mal.
Agotado el espacio de negociación, Laura Restrepo decidió sumarse a las filas del M-19 y abandonó Colombia rumbo al exilio.
Cuando Historia de un entusiasmo fue publicado, la escritora tenía 36 años, y era apenas el inicio de una fructífera carrera.
Estudió Filosofía y Letras de la Universidad de los Andes. Hizo un posgrado en Ciencias Políticas y su carrera periodística la inició en Semana, cuando la revista ni siquiera había sacado su primera publicación. Colaboró en Cromos y fue columnista del diario La Jornada en México.
Y precisamente a este país fue al que llegó después de salir de Colombia y donde su pasión por la literatura creció tanto como para escribir un libro infantil junto con su hermana Carmen, Las vacas comen espaguetis (1989) y varias novelas más.
Cada una de estas novelas se caracterizan por contar con el estilo de una rigurosa periodista: La isla de la pasión (1989), Leopardo al sol (1993), Dulce compañía (1995), La novia oscura (1999), La multitud errante (2001), Olor a rosas invisibles (2002), Delirio (2004), Demasiados héroes (2009), Hot Sur (2012), Pecado (2016) y Los Divinos (2017).
Laura Restrepo ha escrito inolvidables historias de amor, pasión, locura, dolor y guerra mientras transgrede las normas ortográficas, pues le gusta comerse los puntos y jugar con el lenguaje mientras lleva al lector a otros mundos, lo que sabe hacer magníficamente para fortuna de todos aquellos a quienes les gusta devorar libros.