Similar al automatismo del surrealismo en las representaciones figurativas, Sanghee Ahn juega con el cambio de disposición de los pesos simbólicos y culturales.
Nacida en Seúl, Corea, pero criada en Europa, América, África y el sudeste asiático, el trasfondo multicultural la ha llevado a desarrollar su propio archivo visual de riqueza única que refleja la amplia diversidad de mundos culturales y paisajes naturales.
La influencia europea de colores llamativos explotan en sus obras mientras utiliza unidades expandibles que pueden extenderse para siempre y cuadrículas que no asignan ningún orden o jerarquía.
Fuente: Saatchi Art
Y es que con la primera mirada, uno ve detalles fantásticos de las cosas que más adoramos, ya sea donas, el mar, y dulces, no obstante, al acercar la mirada y percatarse del detalle, uno se enuentra algunos de los problemas que más azotan a la humanidad, como pueden ser la contaminación, pistolas y llamas, generando una especie de llamado a atender lo interior, no descartando lo exterior, sino entendiendo que todo esto esconde mucho más.
De este modo, crea una especie de algoritmo visual que recorre el mundo comercial, político, digital e impreso, convirtiéndola en un artista internacionalmente activo que no solo ha sido prolífico en Corea, sino que también en muchas ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Londres, Berlín, Hong Kong, Sydney, Melbourne, Singapur y Manila.
Con el paso de los años, el arte de la pintora coreana retrata temas que le parecen tener una calidad o significado estético, que incluyen la nostalgia infantil, la vida cotidiana y los principales eventos cubiertos por los medios de comunicación.
Además de esto, Ahn suele reflexionar sobre lo que significa ser feliz y libre, lo que ha llevado a su arte a ser exhibido y coleccionado por instituciones nacionales como el Museo Nacional de Arte Moderno y en el Museo Contemporáneo de Corea.
La misma pintora ha declarado que constantemente encuentra fascinación en ver cómo cada uno de nosotros nada todos los días en el mar de objetos cargados de códigos artificiales y pesos culturales, conscientes o inconscientes de cada momento, rechazando o aceptando las cosas que flotan en un vasto universo de material y formas en las que le damos sentido.
Fuente: Saatchi Art
Para la elaboración de sus proyectos, Sanghee Ahn piensa en casa persona presente como un agente curador secreto que participa en cómo se organizará el mundo, basándose en el gusto simple, el interés económico, las creencias políticas, el deseo y otras cosas más, de esta forma, haciéndolos personajes y partícipes de sus colores con tremenda expresión y mensaje.
Su constante mezcla de uso de patrones geométricos, colores empalagosos, objetos diversos y abstracción aleatoria es una experimentación continua de "leer cosas" versus cosas o arreglos ilegibles.
El uso actual de arreglos extraños e irrelativos o repetición "irónica" en sus pinturas es la forma en que ella experimenta la forma en que se construye el significado y se clasifica individualmente.
De esta manera, Sanghee Ahn se ha establecido como una de las pintoras más llamativas de la corriente coreana, una que, aunque encuentra su base en la pintura china, se distingue por esconder un mensaje o reclamo oculto, siempre consciente de la realidad que nos abraza.