La relación -- y ruptura -- de Salvador Dalí con su hermana Anna María resulta tan enigmática como sus pinturas Cisnes que se reflejan como elefantes y La desintegración de la persistencia de la memoria.
Y es que cuando él iniciaba su carrera como artista, Anna María fue su modelo favorita y su confidente. La dibujó y la pintó repetidamente dando la espalda a la audiencia, a menudo contemplando la vista desde su casa de vacaciones junto al mar en Cadaqués.
Entre estos intentos, Figura de Perfil, que Salvador pintó cuando tenía solo 21 años, se convertiría en uno de los monumentos más importantes hacia su hermana, su primera musa, y también, en un reflejo de los años de buena relación, cuando el hermano mayor no cesaba de experimentar con su pintura ni de encontrar inspiración en Anna María.
En esos años, Anna María Dalí mencionó que no le importaba cuánto tiempo estuviese sentada para su hermano, ya que esas experiencia le dieron un amor de por vida por el paisaje de la vista, y también por las letras, aquí, fuertemente influenciado por Federico García Lorca, gran amigo de su hermano, y quien los acompañaba en Cadaqués en 1925 para leer fragmentos de Mariana Pineda después de la cena.
Si estos años fueron tan furctíferos para los hermanos, ¿Por qué es que se da un caía de gracia tan complicada entre ellos?
Figura de perfil es un retrato que expuso Dalí a los 21 años en 1925 durante su primera exposición en solitario en las galerías Dalmau de Barcelona. Fuente: Museu Dalí de Figueres.
Gala, la cuñada surrealista, y el distanciamiento con Anna María
Todo cambió cuando Salvador conoció a la rusa Helena Ivanovna Diakonova, libre, culta y adelantada a su tiempo, en 1929, esposa de Paul Éluard, durante una visita de René Magritte a Cadaqués.
Ella tenía 10 años más que él, pero el encuentro fue uno de amor a primera vista, uno que el mismo Salvador diría, lo salvó de la locura y de una muerte temprana.
En La vida secreta de Salvador Dalí, el libro que inició la mecha del pleito entre ambos hermanos, Dalí escribió: “Ella (Gala) estaba destinada a ser mi Gradiva, la que avanza, mi victoria, mi esposa”. El nombre Gradiva proviene de una novela de W. Jensen. Gradiva fue la heroína del libro y fue ella quien trajo la curación psicológica al personaje principal.
Ya para principios de la década de 1930, Dalí comenzó a firmar sus cuadros con su nombre y el de Gala, como después la llamaría, justificando que "es principalmente con tu sangre, Gala, que pinto mis cuadros".
En ese tiempo, ella aporta el sentido práctico tras el cual enmascara obstinada sus dotes creadoras. Se convirtió en su modelo, esposa y gerente comercial.
Pero así como la relación estaba convirtiendo a Salvador en un ícono del arte moderno, también lo llevó a cortar lazos con sus amigos, con Anna María y su familia, e incluso con su lengua materna.
“A veces escupo por placer sobre el retrato de mi madre”, escribió Salvador Dalí sobre un dibujo en París, y entonces, el inicio del distanciamiento estaba forlamente iniciado.
Los celos de Anna María hacia su cuñada y el desprecio de Salvador hacia su papá después de expulsarlo de casa tras el mensaje de su dibujo en París finalmente rompieron la relación.
Retrato de Anna Maria, 1924. Fuente: Fundació Gala-Salvador Dalí.
El despunte de Salvador, la lucha de Anna María
Mientras un hermano gozaba de una relación bastante armónica y lucrativa, la otra batalló con la distancia, la ferocidad de los tiempos, y los sombríos relatos de Salvador sobre su familia y sus primeros años.
Al estallar la Guerra Civil española en 1936, justo cuando Anna María iba a ser enviada a estudiar a Cambridge, fue arrestada por las fuerzas republicanas, y por un tiempo creyó que Gala la había denunciado falsamente para simpatizar con el fascismo. Tendría la misma sospecha sobre su hermano dada la mala relación que se estaba gestando.
Este episodio la dejó traumatizada. Sufrió amnesia y le costó años recuperarse. Nunca fue la misma.
Anna María, ya durante los años distanciados con Salvador, en 1949, se dedicó a escribir, aunque de acuerdo al poeta catalán Quima Jaume en su artículo Anna Maria Dalí y Cadaqués, nunca se consideró escritora, pero fue fuertemente influenciada a tomar la pluma debido al odio que sentía por los escritos de su hermano en La vida secreta de Salvador Dalí, donde habla sobre una infancia problemática y una relación atormentada con su padre.
A la par del trabajo de Anna María, Salvador se asqueaba con las memorias más idealizadas de ella, y a esto, respondió en 1954 con una versión brutalmente explícita de otro retrato de ella, titulado La joven virgen autosodomizada por su propia castidad.
Esta obra de 1954 actualmente se enuentra en la Mansión Playboy. Fuente: Fundació Gala-Salvador Dalí.
Estas respuestas entre los hermanos abrieron heridas que jamás cerrarían durante 40 años. Incluso después de que el padre de ambos hermanos falleciera y los nacionales ya habían asesinado a García Lorca, Dalí prefirió cerrar ese capítulo de su vida y dedicarse a una relación de cordialidad con la dictadura franquista en España.
Con esta nueva afición y ya alejado de su pasado y sumergido en la influencia de su esposa, Salvador comienza a construír su personaje según sus necesidades del momento y sus planes de futuro, entrecruzando realidad y ficción, de acuerdo a la historiadora del arte, Mariona Seguranyes.
Seguranyes describe el particular lío familiar como "una historia fascinante y extremadamente compleja que, a ratos, llega a cotas de auténtica serie televisiva, no sólo por la complejidad de la personalidad de Dalí, sino porque todo ello acaba impregnando su obra."
La tomentosa relación entre el pintor y su familia hoy sería portada de las revistas más sensacionalistas del corazón, pero en aquella época las desavenencias solo podían ser reveladas a través de autobiografías envenenadas, libros y silencios.
Salvador y su hermana Anna María estuvieron casi 40 años sin hablarse, y solo fue la muerte quien puso fin una historia casi desconocida.
Para conocer más sobre esta relación que esconde tantos secretos, no te puedes perder Miss Dalí, una película que narra la tormentosa relación entre el pintor y su hermana, dirigida por Ventura Pons.