Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío (1867-1916) fue un poeta, periodista y diplomático nicaragüense y máximo representante del modernismo literario en lengua española.
Llamado el “príncipe de las letras castellanas”, tuvo una formación poética cuya influencia estuvo basada en la poesía francesa.
En primer lugar, los románticos, y en especial como Victor Hugo. Más adelante, se vio influenciado de los parnasianos: Théophile Gautier, Leconte de Lisle, Catulle Mendès y José María de Heredia.
Lo que termina por definir su estética es su admiración por los simbolistas, entre ellos, por encima de cualquier otro autor, Paul Verlaine.
De formación humanística, Darío fue un lector y escritor precoz. En sus poemas juveniles, publicados en un periódico local, se mostró independiente y progresista, defendiendo la libertad, la justicia y la democracia.
A los 14 años de edad comenzó su actividad periodística en diversos medios nicaragüenses.
Con 15 años, Rubén Darío viaja a El Salvador, donde es acogido bajo laprotección del presidente Rafael Zaldívar, a instancias del poeta guatemalteco Joaquín Méndez Bonet, secretario del mismo.
Durante esa época, Darío conoce al poeta salvadoreño Francisco Gavidia, gran conocedor de la poesía francesa, bajo cuyos auspicios intentó por primera vez adaptar el verso alejandrino francés a la métrica castellana, rasgo distintivo tanto de la obra del nicaragüense como de la poesía modernista.
Tras regresar a su tierra natal en 1883, Rubén colabora en varios periódicos de Managua y en 1886, ya con 19 años, se traslada a Chile en donde también trabaja como periodista y colabora en diarios y revistas.
En dicho país conoce a Pedro Balmaceda Toro, escritor e hijo del presidente chileno, que lo introduce en los principales círculos literarios, políticos y sociales del país, y le ayuda a publicar su primer libro de poemas “Abrojos” (1887) y lo anima a presentarse en diversos certámenes literarios.
En Chile, Darío amplía sus conocimientos literarios con lecturas que influyen en su trayectoria poética como los románticos españoles y los poetas franceses del siglo XIX.
Es en 1888 cuando publica en Valparaíso el poemario “Azul”, considerado el punto de partida del Modernismo.
Gracias a la fama que obtuvo por dicho libro, Darío logra colocarse como corresponsal del día “La Nación” de Buenos Aires.
En 1892 partió a Europa, y en Madrid, como miembro de la delegación diplomática de Nicaragua en los actos conmemorativos del Descubrimiento de América, conoce a numerosas personalidades de las letras y la política españolas.
Entre 1893 y 1896 residió en Buenos Aires, y allí publicó dos libros cruciales en su obra: “Los raros” y “Prosas profanas y otros poemas”, que supusieron la consagración definitiva del Modernismo literario en español.
El diario La Nación envía a Rubén Darío como corresponsal en España en 1896, y sus crónicas fueron compiladas en su libro “España Contemporánea. Crónicas y retratos literarios” (1901).
En 1902, en París, conoció al poeta español Antonio Machado, declarado admirador de su obra.
1903 es el año en el que publica el tercero de los libros capitales de su obra poética: “Cantos de vida y esperanza, los cisnes y otros poemas”, editado por Juan Ramón Jiménez.
Entre 1910 y 1913 redacta su autobiografía “La vida de Rubén Darío escrita por él mismo” y la obra “Historia de mis libros”, ambas esenciales para el conocimiento de su evolución literaria.
En 1914 se instala en Barcelona y publica su última obra poética relevante “Canto a la Argentina y otros poemas”.