Las vacaciones decembrinas son fundamentales para pasar tiempo con nuestros seres queridos, pero también para descansar y relajarse del ajetreo del año.
Algunos se renuevan con viajes, caminando, bailando, cantando, leyendo, cocinando, haciendo ejercicio, meditando o con yoga.
Por lo que aquí te contamos sobre tres lugares ideales para hacer esta disciplina espiritual, física y mental, originada en la India, en el año 3000 a.C, aproximadamente.
Sanará, Tulum, México
En este sitio de lujo ubicado en la playa de Tulum, Quintana Roo, México, podrás descansar y recargar energías descalzo en armonía con la naturaleza.
Cada espacio seleccionado como santuario para la introspección profunda y la curación física te encantará.
Ofreciendo una experiencia curativa personalizada y única, Sanará cuenta con un amplio lugar dedicado para practicar yoga y meditar, además de un spa.
Un centro de bienestar de inspiración ayurvédica de primer nivel.
Ananda, Himalaya, India
Este destino de lujo está rodeado de elegantes bosques de Sal en la ciudad espiritual de Rishikesh y el valle del río Ganges.
Considerado uno de los mejores balnearios de lujo de la India y del mundo, integra el Ayurveda tradicional, el yoga y el Vedanta con experiencias internacionales de bienestar, acondicionamiento físico y cocina orgánica saludable para restaurar el equilibrio y armonizar la energía.
Sin duda el lugar perfecto para buscar la armonía, para equilibrarse nuevamente, para ser uno con su entorno, en la tranquilidad de las montañas, la quietud de las colinas y al flujo natural de los ríos.
Tri Lanka, Sri Lanka
Este es el primer hotel de diseño de lujo sostenible y contemporáneo que se encuentra en Sri Lanka.
No muy lejos de Galle Fort, a orillas del lago Koggala (el lago natural más grande de Sri Lanka), cuenta con fácil acceso a las mejores playas del sur, a través de sus 11 suites que se extienden en espiral sobre una colina de seis acres de extraordinaria belleza natural.
Diseñado por el arquitecto Raefer Wallis de A00 Architects, ofrece paredes vivas, techos verdes, paneles solares, jardines comestibles y materiales completamente locales que unifican los alojamientos y el paisaje.
Los espacios secuenciales emanan de una torre de agua central que captura espectaculares vistas de 360°, ofreciendo experiencias creativas que estimulan el cuerpo, la mente y el alma.