Hertfordshire cuenta con uno de los lugares más cool del momento en Inglaterra: el Hotel Birch.
El hotel fue construido en una antigua mansión de 257 años, lo que le da un toque sumamente especial.
Chris King y Chris Penn, fundadores de Birch, idearon cómo el lugar podría atender a sus huéspedes mientras aplicaban las medidas necesarias de distanciamiento social por la pandemia del Covid-19.
En un principio Birch fue pensado para albergar actividades de bienestar y diversos eventos, pero a raíz del coronavirus decidieron abrir las puertas del lugar a personas que estuvieran realizando home office y que buscaran un cambio de escenario.
Así que The Hub, el espacio de trabajo del Hotel Birch, funciona como una especie de coworking, pero cuenta con un glamuroso estilo (y brinda más comodidades que cualquier otro lugar).
El aspecto más cool de este hotel es la gran cantidad de talleres y experiencias con las que cuenta, que van desde lecciones de repostería hasta clases de apicultura, yoga, forrajeo y cocina.
A todas estas clases, que se llevan a cabo en el estudio de arte, taller de cerámica, sala de música o cocina experimental, pueden asistir tanto los huéspedes como personas externas que adquieran una membresía.
Y justo para poder ofrecer esa gran variedad de actividades, Birch puso atención en que toda la propiedad (cuyo nombre oficial es De Vere Theobalds Estate) fuera puesta en las mejores condiciones.
Para darle un toque vanguardista y creativo a la mansión que ahora opera como hotel, King y Penn recurrieron al famoso diseñador de interiores Red Deer.
La histórica fachada de ladrillo rojo fue remozada y Deer se concentró en salvaguardar la mayor cantidad posible de características originales del lugar, para luego, darle un estilo más contemporáneo con ayuda de muebles modernos y piezas de arte.
Las habitaciones fueron pintadas y redecoradas, pero algunas imperfecciones, como tablas del suelo que habían sido pintadas con números blancos, decidieron conservarlas ya que daban al lugar más carácter.
Las 140 habitaciones del hotel están perfectamente ordenadas y no cuentan con escritorios ni televisores, para alentar a los huéspedes a relajarse, desconectarse y disfrutar de una vida sin prisas, lo que lo convierto en el lugar ideal.