La firma de arquitectura Nax creó una tienda emergente para la marca de cosméticos de té Cosmetea que, literalmente, luce como un túnel del tiempo en las ajetreadas calles de Shanghái.
El proyecto involucró transformar una tienda en la que vendían dumplings al vapor en la histórica esquina de la avenida Yuyuan.
Ante esto, el reconocido despacho chino optó por construir un escenario completamente nuevo y efímero que se adaptara al estilo de vida urbano y compartiera la filosofía de la marca con el mundo.
El concepto de esta tienda pop-up está totalmente inspirada en la temática espacial y la planificación de la marca, además de que busca brindar una experiencia irrepetible a quienes gustan comprar los productos de Cosmetea.
Para este proyecto, el equipo de Nax tomó como base el logotipo de Cosmetea, que se basa en una imagen simplificada de un vaso de agua limpia y se asemeja a un péndulo con una marca de tiempo, lo que implica el deseo interno de los usuarios de aferrarse al presente y reducir la velocidad del paso del tiempo.
Al deconstruir dicho logo, el resultado que obtuvieron fue una especie de túnel del tiempo que decidieron levantar y luego recubrir con espejos de acero inoxidable y luces LED.
Para darle a este espacio un toque más sofisticado aún, el equipo de Nax decidió borrar los límites entre el interior y el exterior, lo que no fue nada fácil pero el resultado valió la pena.
Como en este lugar se necesitaban desplegar todos los productos de Cosmetea decidieron construir un gran gabinete de pared en el que también se pudiera almacenar.
El toque final, pero no por eso menos importante, fue que todas las superficies que no fueran reflectantes fueron pintadas de un rojo quemado para combinar con el esquema de color principal de la marca.
Un asombroso detalle de este lugar que disfrutarán enormemente los visitantes, es que al pisar y caminar sobre el piso de vidrio encontrarán una serie de círculos, los cuales representan un periodo de tiempo en el pasado.
Sin lugar a dudas esta tienda emergente de Cosmetea se convertirá en unos de los lugares más visitados (y fotografiados) de Shanghái el tiempo que sus puertas permanezcan abiertas.