Mucha gente no sabe que Rick Owens además de ser diseñador de moda, es un extraordinario diseñador de muebles y que esto lo lleva haciendo desde 2007.
Resulta que empezó experimentando con el diseño de muebles en su propia casa de París, en 2005, cuando el galerista y comerciante Philippe Jousse se percató de su trabajo y lo ayudó a introducir su trabajo al público.
Para este creativo encontrar su estilo no fue nada complicado ya que se percató que sería una extensión directa de su estética rebelde y disruptiva, con una valiente (e inusual) mezcla de materiales, texturas y funcionalidades.
Con la elaboración de muebles, Rick Owens mostró que su universo creativo se expande más allá de la moda hacia un estilo de vida, lo que resulta sencillamente cautivante.
Entre sus influencias se encuentra el movimiento brutalista, los búnkeres alemanes de la Segunda Guerra Mundial y arquitectos como Robert Mallet-Stevens o Marcel Breuer.
Es obvio que la mayoría de lo que hace Rick Owens y su nivel de reconocimiento dentro de los círculos de arte es debido a su creatividad y su reconocida estética, pero no habría sido posible sin su mujer Michèle Lamy, quién es a la vez su pareja creativa.
El trabajo en equipo comienza creando prototipos después de que Rick dibuja los diseños en papel.
Sus principales herramientas son la pasión por el arte, un cuchillo de cocina y dos pares de manos que se quieren y buscan dar forma a lo que parece imposible.
Algo que resulta sumamente único (y diferente) dentro del proceso creativo de Owens y Lamy es que suelen usar los servicios de un comerciante que viaja por el mundo buscando materiales y elementos únicos. Así es como dan un toque único a sus piezas.
Los muebles a los que esta pareja de creativos suelen dar vida son en gris oscuro, negros y marrones debido a que su influencia más fuerte se encuentra en la naturaleza y siempre buscan emular formas simples y orgánicas, sin ninguna complicación y totalmente funcionalistas.